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Actualizado: 16 de noviembre de 2025
Así dijo el propietario pasando su petaca en torno. Los pastores, con sus grandes sombreros de fieltro y sus medios calzones de cuero, formaban círculo. Tomaron gravemente un cigarrillo, lo pusieron en el rincón de la boca y cada cual sacó sus avíos: yesca de trapo quemado, eslabón y pedernal.
6. ¿Qué es el precio de los mejores sombreros que se hacen en el Ecuador? 7. ¿De qué depende el valor de un sombrero de jipijapa? 8. ¿Cómo se podía mostrar la flexibilidad de los sombreros más finos? 9. ¿Cómo se llama la materia prima de que se hacen los sombreros? 10. ¿Dónde crece esta planta? 11. ¿Cuáles son las cualidades de la toquilla?
También llevó maestros tejedores del Ecuador, estableció una escuela y estimuló dicha nueva industria a tal extremo que hoy día Panamá tiene derecho a apadrinar el sombrero de jipijapa. Este experimento dió un resultado tan satisfactorio que el ministro de fomento de Honduras puso en práctica un proyecto semejante, y algunos excelentes sombreros de Panamá o jipijapa proceden ahora de Honduras.
Casi todos los sombreros los compran los agentes viajeros o los mercaderes del país, que van de aldea en aldea escogiéndolos, para exportarlos luego a Europa, a los Estados Unidos y a otros países, porque en toda la América latina siempre hay una buena demanda por sombreros de Panamá, que, sin disputa, son los mejores para los climas cálidos.
A cada trecho veíamos, bajo los sombreros de fieltro burdo, ó de paja amarilla y anchas álas, fisonomías femeninas bastante graciosas, con ese color vago del tipo de la Francia centro-oriental, que no es ni el rubio delicado de Picardía y Normandía, ni el suave sonrosado de las alturas jurásicas, ni el moreno picante de las gentes que pueblan las comarcas meridionales de Francia.
Se podría adornar con ellas un centenar de sombreros de precio. El antiguo obrero «consciente» reaparece á través de esta admiración. ¡Ah, el dinero!... Hasta en la muerte nos separa. ¡Y pensar que cuando yo visito á mi pobrecito hijo sólo puedo llevarle ramos de violetas de á diez céntimos!... Veo á la duquesa al pasar ante la puerta de su camarote.
Dos hombres con grandes sombreros de palma se acercaron al carruaje: dos mocetones de cara aviesa, que nunca había yo visto. Pero también los adiviné. Eran de los que esperaban del general «una palabrita nada más». Iban á suprimir, indudablemente, al ingeniero.
La compañera era una jovencita de ojos claros y virginales, encogida y tímida algunas veces y otras con audacias de colegiala revoltosa. En el buque llevaba siempre la cabeza al descubierto, libre de velos y sombreros, dejando que flotase su tupida cabellera, de un rubio obscuro, suavemente ondulada.
La señora dio orden de que se le guardasen todos los sombreros y vestidos y se le pusiese el más pobre y más viejo del guardarropa; que se le hiciesen delantales como a las demás criadas y se la emplease en los menesteres de la cocina que pudiese ejecutar. Los amores del conde y Fernanda eran cada día más notorios.
La industria de Berna es notable por su fabricacion de armas de fuego superiores, instrumentos de precision, máquinas y aparatos, sombreros finos de paja, papeles y cueros curtidos. La catedral tiene todo su mérito en el exterior, ó mejor dicho, en la fachada y su torre única, de 62 metros de altura, de un gusto delicioso y muy seductor.
Palabra del Dia
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