Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 18 de noviembre de 2025
Beracochea era hombre con tipo de mosquetero: nariz aguileña, barba negra en punta, sombrero de ala ancha y melenas. Llevaba un bastón grueso, cuyo mango era un martillo, y volvía de sus paseos con los bolsillos llenos de piedras. Beracochea tenía fama de hereje; él decía con orgullo que su padre había sido uno de los primeros suscriptores a la célebre Enciclopedia metódica de Diderot.
Unos ramos de madreselva se agitan suavemente sobre mi sombrero. ¡Qué bien me encuentro aquí! Me parece que soy mejor, y que me amo más á mí propio.
Es Farinelli respondiome el oficial de guardias, que tenía todavía el sombrero en la mano.
Era la difunta Correa; no podía ser otra, ¡Aquellos ojos!... ¡Aquel niño que la acompañaba!... Se quitó el sombrero con la misma expresión reverente que cuando había rezado ante su tumba. ¿En qué puedo servirla, señora? dijo . ¿Qué desea de mí?... La mujer permaneció muda, y sus ojos redondos, de un ardor obscuro, le miraron fijamente.
Vestía de negro, con levita y sombrero de copa, pero todo en un estado tal de ruindad y falta de higiene, que asombraba cómo las autoridades permitían la exhibición de miseria semejante.
Salían de un sitio muy brillante; entonces, el pequeño ser siguió sobre sus piernecitas y avanzó titubeando por la nieve, arrastrando tras de sí el chal en que había estado envuelto, mientras que su sombrero abollado caía a su espalda; así avanzó titubeando hacia la puerta abierta de la choza de Silas Marner, dirigiéndose derecho, al hogar caliente, en el que había un fuego vivo de leñas y astillas.
Al ver entrar a los dos hombres, el alumno bajó sus brazos armados de banderillas y la señora se arregló la falda y el florido sombrero. ¡Oh, cher maître!... Buenas tardes, mosiú; felices, madame dijo el maestro llevándose la mano al sombrero . A ve, mosiú, cómo va esa lición. Ya sabe lo que le he dicho.
He sabido principió, que Melisa Smith, una huérfana, una de mis alumnas, ha estado tratando con usted para seguir su profesión. ¿Es esto exacto? El hombre del sombrero de azabache se inclinó de nuevo sobre la mesa, y como si jugara, de un golpe vigoroso de taco lanzó la bola contra la tabla con absoluta falta de lógica.
Tuvo, no obstante, serenidad y calma relativa. No huyó como un loco, y tomó su sombrero y su bastón, o más bien el garrote que de bastón le servía.
Entré en Madrid en trage de romero, Que es grangeria el parecer ser santo. Y desde lexos me quitó el sombrero El famoso ACEVEDO, y dixo: á Dio, Voi siate il ben venuto, cabaliero; So parlar Zenoese, & Tusco anchio. Y respondi: la vostra signoria Sia la ben trovata, patron mio. Topé á LUIS VELEZ, lustre y alegria, Y discrecion del trato cortesano, Y abracéle en la calle á medio dia.
Palabra del Dia
Otros Mirando