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Tan patriótico añadió el Ministro , que, teniéndolo en cuenta el Gobierno, ha resuelto..., ¡y esto que ha de ocultarlo usted hasta de su propia sombra! Por de contado dijo don Simón, sintiendo excitada su curiosidad . Y ¿qué es lo que ha resuelto? Distinguir de una manera honrosa a los seis mayores suscriptores. Y ¿cuál es esa manera? preguntó don Simón entonces, cegado ya por la vanidad.

Se trata respondió el Ministro, hablando muy bajo y mirando alrededor, como si temiera ser oído de repartir entre los seis citados suscriptores cuatro títulos nobiliarios y dos grandes cruces.... Y ésta es otra de las razones que yo he tenido, por encargo de mis colegas, y aun de S.M., para hablar a usted antes que a nadie; pues nos consta que el empréstito va a tener muchos golosos, y nosotros deseamos que sus ventajas recaigan en hombres tan dignos de ellas como usted.

Beracochea era hombre con tipo de mosquetero: nariz aguileña, barba negra en punta, sombrero de ala ancha y melenas. Llevaba un bastón grueso, cuyo mango era un martillo, y volvía de sus paseos con los bolsillos llenos de piedras. Beracochea tenía fama de hereje; él decía con orgullo que su padre había sido uno de los primeros suscriptores a la célebre Enciclopedia metódica de Diderot.

En ella habrá un asiento algo más elevado que los demás para el que lea los papeles, á fin de que pueda oirse con comodidad y los señores suscriptores tendrán asiento preferente alrededor, en la inmediación de aquél, pero las puertas del salón estarán abiertas para los demás que quieran oir las noticias

Don Simón consiguió muy fácilmente ser, no de los primeros, sino el primero entre los primeros suscriptores, porque el empréstito tuvo pocos golosos. Pero el Ministro no le concedió el ofrecido premio.

No todos los suscriptores de El Mensajero son como , piadosos y espirituales: en sus listas, numerosísimas hasta un punto increíble para lo que suelen ser estas cosas en España, figuran al lado de místicas abadesas, señoras muy del mundo, y junto a congregantes de San Luis, hombres despreocupados y hasta jóvenes alegres.