Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 5 de mayo de 2025
Yo siento mucho separarme de mis tías; pero, hija mía, no hay más remedio, ¡Qué hacer! No entiendo de campo, pero aprenderé; cosas más difíciles he aprendido. Me apena el pensar que voy a vivir lejos de tí, y que en mucho tiempo no he de verte, pues no me sera posible ir a San Sebastián como se lo ofrecí a tu papá.
El príncipe Don Carlos y el rey don Sebastián se parecen en esto, como buenos primos hermanos. La misma princesa, madre de Don Sebastián, tiene no poco de extraño y de misterioso. Hermosa y apasionada mujer hubo de ser sin duda cuando inspiró amor tan ardiente al príncipe su marido, que a separarse de ella prefirió la muerte.
Pues aquí tienes compañera.... ¡Vamos, Juana; pronto, prontito, vea usted que Rorró tiene que irse!... Tía Pepilla puso en un extremo de la mesa el libro y el rosario, y quitándose el pañolón le arrojó sobre el respaldo de una silla. ¿Te vas hoy? Sí, tía; luego que acabemos. Ahí en mi mesa está una carta para Linilla. Mándela usted con el que venga de San Sebastián.
El falso Sebastián se deja ver con la mayor circunspección: ante parte del público no es más que un pastelero; pero mientras encarga á sus criados el ejercicio de su baja profesión, procura hacerse popular con sus liberalidades, y excitar en los demás la sospecha de que no se propone otra cosa que disimular su verdadero estado, entregándose á prácticas caballerescas, que tan poco convienen á su clase.
Cuando la excitación, producida por este medio en los portugueses, llegue al grado conveniente, ha de presentarse el pastelero como si fuera el rey Don Sebastián.
Este distrito os enseñará Ganchoso; y aunque os extendáis hasta San Sebastián y San Telmo, importa poco, puesto que es justicia mera mixta que nadie se entre en pertenencia de nadie. Besáronle la mano los dos por la merced que se les hacía, y ofreciéronse a hacer su oficio bien y fielmente, con toda diligencia y recato.
Este camino puede hacerse en tres á cuatro horas. Gumaca. Su antigüedad. Su situación. Águilas imperiales. Castillos de Santa María, San Diego, San Sebastián y San Miguel. Estadística. Saqueo, incendio y peste. Libros canónicos. Reminiscencias valencianas. Una velada en las ruinas. Recuerdo glorioso. Productos. De Gumaca á Atimonan. Una madera incorruptible y un hongo fosforescente.
Los que hacen la guardia por el Norte ocupan distintos puestos en el patinillo y en las dos entradas de este por las calles de las Huertas y San Sebastián, y es tan estratégica su colocación, que no puede escaparse ningún feligrés como no entre en la iglesia por el tejado.
¿Qué pasa? se dijo asustado Bonis. Pensó de repente, como antaño : Emma se ha puesto mala, y me va a echar la culpa. Se dirigió hacia la escalera, cuya puerta abrieron con estrépito desde dentro; bajando de dos en dos los peldaños, venían dos bultos: el primo Sebastián y Minghetti, que atropellaron a Bonis.
Iban a proponerle no sé qué reforma en la Primada y comenzaron diciendo: «Señor: el cabildo opina...» Don Sebastián les interrumpió, hecho un basilisco: «El cabildo no puede opinar nada; el cabildo no tiene sentido común.» Y les volvió la espalda, dejándoles hechos de piedra.
Palabra del Dia
Otros Mirando