Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 21 de junio de 2025
Llevó a Jacinta a su cuarto de vestir y después de mostrarle el nacimiento, le dijo: «Aquí hay más contrabando. Mira. Esta mañana fui a las tiendas, y... aquí tienes: medias de color, un traje de punto, azul, a estilo inglés. Mira la gorra que dice Numancia. Este es un capricho que yo tenía. Estará saladísimo. Te juro que si no le veo con el letrero en la frente, voy a tener un disgusto».
Dos caracteres hacen agradable el Mediterráneo sobre todas las cosas: su plan tan armónico y la vivacidad, la transparencia de la atmósfera y de la luz. Es aquél un mar azul muy amargo, saladísimo; perdiendo por la evaporación tres veces más de agua que la que le traen los ríos.
Valentina fué a entregar los patrones a la señora y se despidió hasta el día siguiente. Al cruzar por el pasillo oyó claramente el rumor de un beso. Miró hacia el cuarto obscuro que allí había, y creyó percibir los cuadros blancos y negros del vestido de Nieves. ¡Alza! ¡Esto está que arde! murmuró con aquel ceño saladísimo que tanto la caracterizaba.
Aunque sintamos ofender la perspicacia de nuestros lectores, la verdad nos obliga a declarar que la damisela del corredor no era la blonda Nieves, sino la blonda Valentina. ¿Cómo? ¿Aquella arisca costurera tan enemiga de los señoritos y que además tenía un novio llamado Cosme? La misma en cuerpo y alma, con sus rizos dorados sobre la frente, su entrecejo saladísimo y nariz un poquito remangada.
Aunque turbado y tembloroso, no pude menos de echar a la ventana una mirada enternecida. Sobre su alféizar se sentaba mi saladísimo dueño todas las noches. ¿Dónde se encontraría ahora? El corazón me decía que no debía de andar muy lejos; pero, por más que miré con atención a todos lados, desde que traspuse la cancela, no había logrado ver ni el borde de su vestido.
Una de las veces que por allí crucé me sentí tan tiernamente apasionado y aun agradecido, que me acerqué a la reja, y después de convencerme de que nadie me observaba, besé los hierros donde mi saladísimo dueño había puesto tantas veces sus manos. Retireme contento a casa. Aquel feliz estado de espíritu me hizo de nuevo ver las cosas de color de rosa.
Desalado ó saladísimo, por esta misma causa ofrécese el mar pesado ó ligero, más ó menos movible. Esa mezcla continua, con sus variaciones, hace correr el agua con más ó menos rapidez, es decir, produce corrientes corrientes horizontales en el seno del mar y corrientes verticales del mar de las aguas al mar aéreo.
En cambio les acompañaba el ortopédico, hermano de D.ª Laura, y el hijo de este, llamado Juan José. ¡Ah! El ortopédico era saladisímo para una cena. Hombre de gran formalidad, se trocaba en el más gracioso del mundo en cuanto bebía dos vasos de vino; decía los disparates más chuscos que se podrían imaginar.
Palabra del Dia
Otros Mirando