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Actualizado: 21 de julio de 2025
Se hundía, se hundía en un agujero negro, acompañado por la melodía tenue, que se iba adelgazando lo mismo que un hilo cada vez más tirante, hasta romperse y ser devorada por el silencio. De pronto volvió a la vida al sentir una mano en un hombro. Abrió los ojos, y vio al doctor Zurita de pie ante él, con un puro en la boca sonriéndole. Levántese, amigo y tome uno de hoja.
No, tampoco. Pues entonces ¡córcholis, recórcholis!, ¿a dónde vas? La Nela no contestó nada: seguía mirando con espanto al suelo, como si en él estuvieran los pedazos de la cosa más bella y más rica del mundo, que se acababa de caer y romperse.
La tertulia de Genara fue el centro donde las aspiraciones de aquella gente lista empezaron a tomar cuerpo. Allí fue precisándose el sistema y haciéndose práctico. Allí se establecieron relaciones que no habían de romperse sino con la muerte y se conocieron y se escogieron, digámoslo así, los hombres. Los jóvenes tomaron de los viejos el saber astuto y estos de aquellos el desenfado y el vigor.
Y el doctor Aresti, sin escuchar á su primo, que le seguía formulando excusas, salió de allí, con la convicción de que dejaba muerto á sus espaldas todo su pasado; de que acababa de romperse aquel parentesco fraternal y perdía lo último que le restaba de su familia. A mediados de Agosto se inició una agitación de protesta entre los obreros de las minas.
Lo que entonces no dijo Cristo, porque no hubieran acertado á entenderle; lo que, aun después de descender sobre los apóstoles las lenguas de fuego, cuando estaban congregados en el Cenáculo, no quiere ó no puede revelar San Pablo, constituye la ulterior revelación, y presta, digámoslo así, una flexibilidad sublime á nuestro dogma religioso, que le hace capaz de contener dentro de sí, sin romperse ni quebrantarse, toda civilización futura, por grande y maravillosa que sea.
El servicio de la patria era el arbitro de la vida y de la libertad de los primeros, durante cuatro años, á contar desde aquel momento; y ante deber tan alto, tenían que romperse los lazos de la familia y los de la amistad.
Es un joven bien parecido y tengo las mejores informaciones respecto a su moralidad y su carácter, fortuna inmensa, familia honorable y muy antigua. ¡Ah, sí, abuelos! como dice Blanca interrumpí con desdén. Tengo horror a los abuelos, tío. ¿Por qué? Gente que no pensaba más que en pelear y romperse la cabeza. ¡Qué idiotez!
Pasajeros y soldados no podían tenerse de pie sobre el buque, tembloroso por la velocidad y próximo a romperse. El piloto Carreño, sentado en el tabernáculo, tenía que agarrarse a su cadira de mando para que el loco movimiento de la nave no lo arrojase al mar. Los demonios, espíritus traviesos, ejecutaban las maniobras al revés de las voces náuticas que daba Carreño.
Y los lazos que él creía eternos ¿iban a romperse? ¿tan fácilmente podía perder aquel cuerpo admirado por el mundo y cuya posesión le hacía considerarse el primero de los hombres?
Y los gritos y las amenazas, y el estruendo de doscientas voces y de dos mil porrazos llenaban el Santuario de las leyes, y hasta las figuras pintadas en el techo parecían temblar y querer despegarse del lienzo para romperse el cráneo contra los mármoles del hemiciclo.
Palabra del Dia
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