Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 18 de junio de 2025
María de la Paz había adquirido en el período de la decadencia el hábito de dormir la siesta, y ya durante los últimos Agnus Dei del rezo estaba haciendo cortesías con los ojos cerrados. Lázaro subió con el mayor desconsuelo, por no haber logrado tampoco aquella vez el objeto de su constante afán.
Su devoción había vuelto, no a renacer, pues no muriera nunca, pero sí a reavivarse y encenderse. A medida que se acercaba la hora crítica para Nucha, el capellán permanecía más tiempo de rodillas dando gracias al terminar la misa; prolongaba más las letanías y el rosario; ponía más alma y fervor en el cuotidiano rezo.
No le había visto más que los párpados, cargados de carne blanca. Debajo de las pestañas asomaba un brillo singular. Cerca del lecho, arrodillada, rezó algunos minutos la Regenta.
El gaucho conocía su deber, y se apresuró á cumplirlo. Con el sombrero en la mano, rezó todas las oraciones que guardaba en su memoria desde la niñez. «¡Pobre difunta Correa!...» Luego buscó en su cinto, á través de diversos objetos, el pañuelo anudado en cuyo interior guardaba toda su moneda. Sacó á luz lo que poseía. Únicamente le quedaban tres pesos con algunos centavos.
El dolor nos hace místicos continuó . Lo que yo siento es no poder serlo como lo son otros. Rezo, y la resignación no viene á ayudarme.
Aquí abajo, las oraciones no dan gran resultado; yo recé en otro tiempo para que mi hijo no se separase de mí, y murió en un asilo. Yo pedí, cuando aun era joven, muchas cosas a Dios, y mis oraciones no sirvieron de nada. Ya no rezo nunca... No, señores, no soy cristiana, y cuanto el señor abogado ha dicho es una monserga. ¡Soy Grucha la prostituta, y nada más!
Para todo esto, fuerza es confesarlo, tiene un poderoso auxiliar en Pepita Jiménez, cuya devoción y natural compasivo siempre está él poniendo por las nubes. El carácter de esta especie de culto que el vicario rinde a Pepita, va sellado, casi se confunde con el ejercicio de mil buenas obras; con las limosnas, el rezo, el culto público y el cuidado de los menesterosos.
Al llegar a cierto paraje en que la carretera se separa de la orilla del mar para internarse, dejola y tomó una veredita que conducía a éste. Llegó a las peñas altas y sombrías que lo circundan por aquel paraje. Puso a su hijo en el suelo y arrodillándose después, rezó entre sollozos comprimidos una oración que, por no ir dirigida en forma, no debió de escuchar el Altísimo.
Terminó con esto el festín, durante el cual reinó en el comedor un silencio de refectorio, excepto cuando Elías dijo que tanta esplendidez le parecía dispendiosa, y elogió la sobriedad como fundamento de todas las virtudes. Después se rezó un poco, y las señoras se retiraron.
Y todo sucedió como él lo había dispuesto y vaticinado: se confesé a las once, comulgó a las once y media, y se murió antes de las doce. ¡Cuánto lloró Verónica aquel día, y al siguiente, y con qué fervor rezó por el alma del muerto, y con qué sinceridad prometió a su memoria grabar en el corazón sus últimas advertencias, y ajustar a ellas todos los actos de su vida!
Palabra del Dia
Otros Mirando