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Actualizado: 27 de mayo de 2025
Y su apellido, semejante al resonar del trueno o de la artillería, también se concertaba mal con sus lacónicos y pausados discursos, pronunciados siempre en voz baja y suave. El señor Vandenpeereboom era además tan pequeñuelo y delgado, que parecía un duende. Casi no se le oía ni se le veía. Cuando no estaba haciendo cuentas estaba rezando sus devociones, por ser muy religioso y devoto.
Resolvió, allí mismo, marcharse a Cartagena, por ver si encontraba todavía al capitán Antonio de Quiñones, ¡Quién sabe si no topaban al poco tiempo con alguna flota turquesca! Estaba dispuesto a errar sin descanso por el mundo, hasta llevar al cabo alguna empresa que hiciera resonar su nombre entre las gentes. Ya nada le ataba el albedrío.
Sólo llegaban, aunque confusos y vagos, el resonar de las castañuelas y el son de la guitarra, y un leve murmullo, causado todo por los criados de Pepita, que tenían su jaleo probe en la casa de campo. Antoñona abrió la puerta del despacho; empujó a D. Luis para que entrase, y al mismo tiempo le anunció diciendo: Niña, aquí tienes al señor D. Luis, que viene a despedirse de ti.
Debutó él con un saludo y luego con un zapateado en que lucía todas las gracias de sus pies adiestrados, siguiendo al mismo tiempo el compás, mientras el guitarrero se desgañitaba, gritando con voz gangosa: "¡salta la perdiz madre!" y ella, la consentida, se hacía la que huía de los ataques del animalito que era empecinado y la seguía, haciendo resonar el suelo con el acompasado golpeteo de sus pies.
Es necesario que nos relacionemos con los países extranjeros para hacernos partícipes de sus adelantos, que apetezcamos siempre algo nuevo y mejor y que hagamos esfuerzos incesantes por conseguirlo. Dentro de pocos meses oiréis resonar por estas montañas el agudo silbido de la locomotora. Es la voz del vapor que nos llama á la civilización.
Mas arriba no encontrais sino las diligencias y sillas de posta, cuyos conductores de curioso uniforme hacen resonar la voz aguda de sus clarines por carreteras ondulosas que giran al traves de los bosques, ya trepando sobre las altas colinas, ya descendiendo hasta el fondo de las ramblas.
Gertrudis abre los brazos, una sonrisa de dulce beatitud pasa por su rostro, y se mueve su cabeza como diciendo: «¡Dios mío! ¿qué más puede suceder?» Entonces la molinera siente de pronto una pasión misteriosa por el color verde, se oye resonar el coro en la floresta, aparece el fiero cazador. Gertrudis experimenta inquietud. ¿Qué viene a hacer ese aquí? murmura dando con el puño en la viga.
Callaban los dos, estrechamente abrazados, formando un solo cuerpo, trastornados por el ambiente de poesía con que les rodeaba la noche. Otra vez comenzaron a resonar entre las altas ramas las notas sueltas, los lamentos tiernos del solitario pájaro, llamando al amor invisible.
En suma, las fustas de Aga Mahamud tuvieren que retirarse todas con grandísima pérdida y quebranto, y don Jorge, a hora de medio día hizo resonar las trompetas y clarines en señal de victoria, si bien no se resolvió a perseguir la armada de los infieles. La situación en que estaba la fortaleza le atraía antes que todo. Era menester libertarla de los sitiadores que Hamet había mandado contra ella.
Las montañas severas, poseídas de súbito enternecimiento, hicieron resonar la voz del soldado, conduciéndola muy lejos al través de sus gargantas y quebraduras. Entabláronse animadas conversaciones en la tropa que se suspendían cada vez que el soldado andaluz lanzaba al aire una copla. Los presos continuaban en su obstinado silencio.
Palabra del Dia
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