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Actualizado: 27 de junio de 2025
Los golpes redoblados del hacha hicieron resonar el bosque durante siete dias consecutivos; dirigia yo entre tanto los trabajos de los indios y trabajaba á la par de ellos para animarlos con mi ejemplo, hasta que el soberano de los árboles de aquellos contornos se vió trasformado en una lancha bastante espaciosa.
Poco después llegó a todo correr uno de mis batidores a decirme que Nanar se acercaba a recibirme con numerosa comitiva. En esto la mancha oscura se había agrandado en extremo, y empezamos a oír distintamente el son de los instrumentos músicos, el relinchar de los caballos y el resonar de las armas.
Facundo, solicitado, entró con un gran número de acciones, que pagó con el Colegio de Jesuítas, que se hizo adjudicar en pago de sus sueldos de general. Una comisión de accionistas de Buenos Aires vino a La Rioja para realizar esta empresa, y desde luego manifestó su deseo de ser presentada a Quiroga, cuyo nombre misterioso y terrorífico empezaba a resonar por todas partes.
¿Y a qué cantar, si mi canto ha de resonar a llanto que a nadie conmoverá? ¿Si del ajeno quebranto el mundo cansado está? ¿A qué, cuando entre el gentío que me critica y maltrata, seca el alma, el labio frío, no hay un corazón que lata con los latidos del mío? Deja dormir en la sima del olvido cuanto siento. ¡Bien está allí! Que el aliento no lo mezcle con la rima que se evapora en el viento.
Aún se oía a lo lejos, allá por la cuesta abajo, el estridente sonido de su cometa, que resonaba entre aquellas altas montañas de una manera extraña, profana, como pudiera resonar una risotada en un templo, una chanza en una oración, el himno de una bacante entre las solemnes y pausadas notas de un canto gregoriano.
Entonces conoció Fermín a su «ángel protector», como él le llamaba; al hombre que, después de Salvatierra, era el dueño de su voluntad, a Dupont el viejo que, viéndole un día, recordó vagamente ciertas muestras de respeto, ciertos pequeños favores a su casa y a su persona, en la época en que aquel infeliz iba por Jerez con aire de amo, orgulloso de su gorro colorado y de las armas que hacía resonar a cada paso, con un estrépito de ferretería vieja.
Y después me encontré en mi cuarto, adonde Roberto me había llevado. ¿Cómo describir mi espanto cuando reconocí en el espejo mi cara descompuesta, cubierta por el sudor de la angustia, la carcajada que solté, el horror que me causó mi propia risa, mientras que, desfalleciente, oía resonar en mis oídos el deseo, repetido por todas partes por mil voces celosas que se reían burlonamente y cuchicheaban: «¡Oh, si ella muriera!»
Bien visible era que aquellos viejos lobos marinos temían que yo hiciera algo parecido; y no poca pena, mezclada con cierta risa, produjeron en mí los terrores á que dió origen mi llegada, al notar cómo aquellos rostros curtidos por medio siglo de exposición á las tempestades del mar, palidecían al ver á un individuo tan inofensivo como yo; ó al percibir, cuando alguno me hablaba, el temblor de una vez que, en años ya remotos, acostumbraba resonar en la bocina del buque tan ronca y vigorosa que habría causado espanto al mismísimo Bóreas.
No quieren que se suelte artilleria, Que el una escuadra y otra anda mezclada; Parece resonar caldereria, O la fragua vulcana tan nombrada. El tiempo la victoria entretenia; La gente desflaquece de cansada: A priesa viene ya aquella doncella, Que á Titon dió su queja siendo bella.
De pronto los cascos del caballo cesaron de resonar y se hundieron en blanda alfombra: era una camada de estiércol vegetal, tendida, según costumbre del país, ante la casucha de un labrador. A la puerta una mujer daba de mamar a una criatura. El jinete se detuvo. Señora, ¿sabe si voy bien para la casa del marqués de Ulloa? Va bien, va.... ¿Y... falta mucho?
Palabra del Dia
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