Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 21 de junio de 2025
El Conde sólo iba a verla de tarde en tarde. En ocasiones, pasaba media hora, por la noche, en su compañía; pero poníase de pie para despedirse, apenas daban las doce. Entonces, sin dirigirle un solo reproche, se limitaba Judit a preguntarle con voz dulce y temblorosa: ¿Cuándo volveré a verle? Ya se lo diré mañana, de lejos, en la Opera.
Mina contemplaba la inquietud de este camino irreal cortando la obscuridad atlántica, cada vez más ancho, más luminoso, así como ascendía el astro en el horizonte. Se sienten deseos de marchar por él dijo en voz baja, emocionada por la majestad de la noche . Quisiera saltar fuera del buque y correr... correr por esa calle de plata hasta no sé dónde. ¿Sola? preguntó Fernando con tono de reproche.
Viéndole tan dudoso y alterado, díjole, al fin, con tono de dolido reproche: ¡Si no quieres, Salvador, yo no te obligo!...
Le dí la mano, y él la retuvo en las suyas y me dijo en tono de reproche: ¿Por qué huye usted de mí? Hace un mes que no encuentro medio de hablarla. Ya sabe usted que el cuidado de mi padre ocupa todo mi tiempo. ¿Está solo en este momento? Están con él los Marqueses de Oreve. Entonces no hay sitio para mí y debo marcharme, a no ser que usted tenga la indulgencia de hacerme quedar.
Sin embargo, podía suponerse que la tenacidad de su silencio no significara una real indiferencia para el bello pasado romántico, sino que persistiendo secretamente en ella la memoria del idilio interrumpido, la frialdad fuera más bien pura apariencia y reproche tácito a Zoraida.
¿No me das la mano? dice Martín en tono de amistoso reproche. Y, al tendérsela Juan vacilando, se la aprieta cordialmente... ¡Ah! ¡cuánto daño puede hacer un apretón de manos! El tumulto de la fiesta se extingue a lo lejos.
Al dejar a un hombre que la traicionaba, podía haber encontrado alguna justificación, y, además, éste no había de echarle en cara la instabilidad de aquella fe a que había querido convertirle: por otra parte, en el caso de que hubiera querido dirigirla algún reproche, ella habría sabido cómo contestarle, dadas las circunstancias.
Mi suegra, que tampoco sabía qué decir, arreglaba los pliegues del velo, y me miraba de reojo con una expresión de reproche y de estímulo al mismo tiempo. Cada vez que en mis paseos llegaba al extremo del aposento, me encontraba delante de un espejo, en el que, quisiera o no quisiera, tenía que mirarme.
No creas que te reproche nada. Le has coqueteado a Castilla sabiendo que él me festejaba. No me importaría, no tengo celos, te lo juro, pero lo que has hecho me demuestra que no soy nada para ti, que me desprecias, y si es así ya no quiero ser tu hermana.
Lo había olvidado totalmente y ahora su presencia hacía en mí el efecto de un reproche. Dame tiempo para reflexionar, espera hasta mañana dije enderezándome. Sentía en mí el vago presentimiento de que mi residencia en esa casa no sería de larga duración: habría sido demasiada dicha para mí, pobre infeliz a quien un destino despiadado condenaba a vivir en casa ajena.
Palabra del Dia
Otros Mirando