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Actualizado: 21 de junio de 2025


En el instante en que la bala homicida le atravesaba las carnes, en que sus ojos se cerraban a la luz, ¿había aparecido en su cerebro la sombra de un reproche? ¿Podría haber sido reprochable el último pensamiento de su vida? Cuando Vérod se hacía estas preguntas, la respuesta no era para él dudosa: la difunta había perdonado. Y él ¿debía, a su vez, perdonar?

Le amó porque creyó ser amada por él, ¡por él, que solamente sabe odiar! ¿Cómo fue, entonces, que no llegaron a separarse? Por la parte de él : él quiso separarse. Se lo dijo, le echó en cara, como un reproche, su fidelidad, y varias veces la abandonó.

¡Por Dios, Raquel! no molestes a ese señor... ¡qué va a decir de nosotras! contestaba con un tono de aparente reproche la señora. ¡Señor, señor! ¿quiere dejarnos ver por ahí? insinuó la otra joven. ¡Ah, no, por Dios, no se incomode usted!... Judit, por Dios, cállate repetía la madre con un contoneo de cabeza continuo. El del anteojo continuaba impasible como una estatua, como si nadie le hablase.

No le dirigió ningún reproche, se reconoció culpable y confesó que, como madre, tenía que proceder como lo había hecho; pero recordó su afecto por ella, aquel sentimiento sincero a que debía la recuperación de su hija, y le suplicó que no entregara a la vindicta ley a aquel que había contribuído tanto a su felicidad.

¡Tía! exclamó Pierrepont con acento de sentido reproche. ¡Bien!, te ofendo... tienes razón... estas decepciones me ponen de mal humor... ya hablaremos de nuevo... ¡ahora vete! Y Pierrepont se retiró, besando antes a la baronesa en las dos manos.

Adivinábase que había hecho gastos extraordinarios en la peluquería. Emanaba de toda su persona un manifiesto deseo de embellecerse, de hacer olvidar el Maltrana de antes. Apartó los ojos de los de su amigo, temiendo ver en éstos una expresión de reproche. El enfermo de que me habló usted muchas veces ha muerto hace poco rato.

La aureola de su rubio cabello persistía aún; era más fino, más etéreo y sedoso, pero, a pesar de su abundancia, no ocultaba los huecos de las sienes cruzadas de azules venas. Clara dijo Juan en tono de reproche. ¡Te ruego me perdones, Juan! dijo, dejándose caer en una silla, pero asida aún de su mano, perdóname, amigo mío, pero ya no podía aguardar más; me hubiera muerto.

Yo entonces tenía doce años apenas y sin embargo la impresión de esas cartas no se me borrará nunca. Los dos me contagiaron la pasión que sentían, me hicieron comprender lo que era el amor. ¿Y te enamoraste de alguien, también? Carmen suspiró, con una sonrisa de pena y casi de reproche para Adriana. No, no encontré de quién.

Se le dio conocimiento de que casi todas las noches el coche de su sobrino se estacionaba en la calle de Provenza, y Arturo aguardaba de un momento a otro una seria explicación y una escena en la que estaba resuelto a mostrarse arrebatado por una ciega pasión que le hacía indigno, en adelante, de las bondades de su tío; pero éste no le dirigió el más leve reproche, y nuestro joven no sabía cómo explicarse tanta calma y una resignación tan evangélica.

Me temo que vuestra debilidad y vuestra imprevisión van a ser causa de una gran desgracia. ¡Qué infundado es vuestro reproche, Catalina! No transcurre un minuto que yo no tenga presente el fin sagrado que me he propuesto. Lo creo, pero desde hace algunas semanas os negáis a hacer sacrificios para conseguirlo.

Palabra del Dia

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