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Actualizado: 18 de mayo de 2025
Aquel encanto de los ojos, aquel prodigio de color, remedo de la naturaleza sonriente, encendida por el sol de Mediodía, empezó a perder terreno, aunque el pueblo, con instinto de colorista y poeta, defendía la prenda española como defendió el parque de Monteleón y los reductos de Zaragoza.
Antes, cuando se veía a Belarmino, había que pensar: San Francisco, el de Asís, debía de ser una persona semejante, en el rostro. Ahora, Belarmino era cabalmente el remedo animado del San Francisco, de Luca de la Robbia; puras y pueriles facciones, ojos vitrificados, anchas las sienes. También Platón tenía las sienes anchas.
Después, al convencerse de que en la vida mundana sus triunfos han terminado, el fanatismo de la raza que surge con toda la fuerza de una voluntad poderosa.... Entonces le trastorna la locura de la santidad: es humilde y fiero al mismo tiempo, se convierte en matón de la Virgen, queriendo dar de puñaladas á un morisco que blasfema de ella, y poco después se deja apedrear por los chicuelos de Salamanca, que le toman por un demente, viendo sus piadosas extravagancias, remedo de las de San Francisco de Asís.
La doncella abrió y Freneuse vió á la cantante tendida en un diván y rodeada de ramos y canastillos de flores. Pálida, inmóvil, vestida con el blanco traje nupcial, parecía la hija de Capuleto dormida con el sueño remedo de la muerte. Al ver á Jacobo no hizo ni un movimiento; una triste sonrisa se dibujó en sus labios y dijo dulcemente: Llega usted tarde, amigo mío.
Concluida la festividad, esperó en la capilla del arzobispo D. Lope de Luna, que se desnudasen los prelados que le fueron á buscar, y montando todos sobre sus caballos, se dirigió el Rey con su acompañamiento á la ALJAFERIA, encontrando en el camino invenciones graciosas, entre ellas un remedo muy á lo vivo de una ciudad sitiada y combatida por la artillería, que representaba la toma de Balangner por el mismo D. Fernando.
Al mirar hacia arriba, al este, creía contemplar á Colombia, con sus cordilleras prodigiosas y su salvaje grandeza, no obstante que los Alpes me parecían apenas un remedo humilde de los gigantescos Andes.
Aunque Margarita tenga la certidumbre de que el narcótico no hará mal a su madre, ¿no es todavía horrible que se le dé, y que luego la tenga a su lado, en aquel sueño violento, en aquel remedo de la muerte, mientras ella se goza con el hombre a quien ama? En todo linaje de pecados hay su más y su menos.
Los preparativos para la fiesta estaban en lo mejor. Allá atrás del rancho, formado por una pieza grande de paja quinchada había un remedo de otra, formada por cuatro cueros de potro y algunas ramas mal atadas, que pomposamente se denominaba con el simpático nombre de la cocina.
Esta villa era como todas o la mayor parte de las villas de España: un mal remedo de ciudad, sin dejar de ser aldea; o mejor, todo lo malo de la aldea y de la ciudad, sin tener nada de lo bueno de ellas.
Dice que sí, allá en su país, y que ahora es cura de ellos, y está casado.... ¡Casado!!! Bueno, está... con una viuda. Ya tienen... y la muchacha remedó burlescamente el llanto de un recién nacido. ¿Y el otro bazuncho? Es el que... y frotó el índice con el pulgar, ademán expresivo que significa en todas partes soltar dinero.
Palabra del Dia
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