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Actualizado: 15 de junio de 2025
La insinuación de su hermano abrió del todo la vieja herida de su corazón, y con voz que temblaba refirió cómo Adriana se veía con Julio Lagos, no sabía ella desde cuando, en casa de las Aliaga. ¿Y Adriana visita a las Aliaga? Sí, yo he venido a saberlo no hace mucho. ¿Pero tu hija conoce aquello?... Tampoco podría decírtelo. Tú comprenderás que hacerle una revelación semejante... ¡Ah!
Concluído el número acrobático, Pedro Barquín, que era especialista en chascarrillos, refirió algunos, nada aseados ni inocentes por cierto.
Baste, pues, decir, en elogio de D. Fadrique, que el refrán no rezó con él nunca, porque era la veracidad en persona. Lo que no aseguraremos es que fuese siempre creído en cuanto refirió.
Despertó a M. Bernier, y le refirió, con la consabida che, cuanto le había ocurrido aquella noche. Mucho ruido y pocas nueces le contestó el doctor, riendo de buena gana. Romagné es inocente; la culpa es toda vuestra. Permanecisteis con la cabeza descubierta a la salida de los Italianos: de ahí procede todo el mal.
Después buscó en su moño dos o tres horquillas, recogiéndose con ellas la rebelde trenza. ¿Me ha dicho usted interrogó el viajero que venían ustedes de León? Sí, señor.... La boda fue a las once de la mañana; pero yo tuve que madrugar para disponer el refresco... refirió Lucía con su sencillez de niña no hecha al trato social . Las tres y media eran cuando salimos de León....
Un cura me refirió que, estando confesando una tarde a algunos indios, habían traído para el mismo efecto algunas muchachas de edad suficiente para confesarse, las que, estando cerca del confesionario, tenían entre sí mucha risa y alboroto, tanto que le obligó a reñirles y mandarles callar.
No lo era, sin embargo, sino un lindo muchacho, moreno, con hermosos ojos, pelinegro y de retorcidos bigotes y bien peinada y reluciente barba. Después de haber disertado contra las colas refirió una serie de anécdotas ocurridas a él o a algún conocido suyo, en las tierras extrañas de donde venía.
No puede ser replicó el lectoral; alegando que si le escuchaba como confesor, no podría usar de sus revelaciones, en adelante. Ramiro refirió entonces, con acento moribundo, de qué modo había caído en plena conspiración y cómo le sorprendieron y acuchillaron.
Aún recordaba parlamento y bocadillos de ambas obras, que repetía con énfasis declamatorio, y que Obdulia oía con arrobamiento, arrasados los ojos en lágrimas, dicho sea con frase de la época. Refirió también, y para ello tuvo que emplear dos sesiones y media, el baile de trajes que dio, allá por los años de Maricastaña, una señora Marquesa o Baronesa de No sé cuántos.
Llevando la cabeza de una pasó dos trincheras, arrolló las guardias enemigas... mas no á todos inflamaba su ánimo: vió con dolor que capitanes y soldados arrojaban las armas; vióse abandonado, teniendo que correr hacia las galeras amparadas bajo el castillo con ánimo de resistir todavía, y para lamentarse de la suerte, que le puso al cabo en manos de Piali. ¡Con qué dolor refirió al Rey en el Memorial la extremidad, en que no le acompañó la entereza ni la consideración de todos sus capitanes!
Palabra del Dia
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