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Actualizado: 16 de mayo de 2025


Los marineros tendieron la red, y pescaron buen número de peces grandes, de buen gusto, semejantes al bacallao, aunque algunos dijeron era pejepalo. Sábado 12, quedándose indispuesto el Padre Quiroga en el navio, salieron los dos pilotos á marcar el sitio de las salinas, y se recogieron á bordo al anochecer, quedando en tierra dos soldados, que se apartaron demasiado.

Para suplir lo que calla, necesario es acudir á los primeros tratados militares del siglo XVI, por las noticias que recogieron de los anteriores.

Tres meses después, al llegar á Barcelona, encontró á su madre tal como la había visto durante su agonía en la costa portuguesa... Unos pescadores le recogieron cuando su vida iba á extinguirse. Al verle entrar, la buena dama abandonó su eterna labor de encajes, lívida, con las manos trémulas y las pupilas vidriosas.

En esto el Serranito se había puesto en pie, sonrió forzadamente al público, como el gladiador que quiere morir con gracia, se llevó la mano al pecho y cayó de nuevo, soltando chorros de sangre por las heridas. Dos monos sabios lo recogieron y lo llevaron a la enfermería; otros corrieron en seguida a tapar la sangre con arena.

Hasta que cumplí los veinticinco años no supe que mi tío Alberto, un bravo militar que murió en Yucatán víctima del vómito, no era hermano de mi madre. Mis abuelos le recogieron no dónde; le dieron crianza, nombre y carrera, y todos le creían hermano de mis tías. Nadie me contó esa historia. Súpela casualmente.

Ganado el lugar, acometieron los navíos y galeras del puerto, que afirma Montaner que fueron cientocincuenta vajeles, y todo se les hizo llano en el mar como en la tierra. Recogieron riquísima presa, cobraron sus cuatro galeras que los Griegos tomaron en Constantinopla, cuando mataron á Fernando Aones su Almirante.

Allí atrajo también á algunos hijos de vecinos pobres, y con las limosnas que él mismo pedía, y sacrificando sus escasísimos ahorros, pudo luego alquilar un departamento en una casa de vecindad de la Alameda, donde en Julio de 1725 llegó á reunir, con cierto carácter de escuela, á muchos niños, consiguiendo también comprar vestidos á 18 de los más abandonados, los cuales se recogieron y allí pasaron las primeras clases de enseñanza.

Los nuestros después de la victoria, recogieron la presa y los cautivos, y dieron la vuelta á sus presidios con gran alegria y regocijo de haber dado fin á su venganza con tanto cumplimiento.

Allí, en los campos de Dos Ríos, campos ya para siempre memorables, se apagó aquel astro inmenso que parecía inmortal; allí cayó peleando por la independencia de su patria, arremetiendo contra los defensores de la tiranía, la cabeza imperial descubierta y nutrida de leyendas y de asombros, con el alma en el aire, el batallador infatigable que fue para los cubanos, con sus racimos de palabras y sus manantiales de ternuras, como otra isla sonora y espiritual.... Allí, a aquellos campos, en silencio, que recogieron su última mirada y su último suspiro y que supieron también del primer grito de desolación y de angustia que arrancó a los suyos su caída; allí debieran ir en legiones los cubanos vivos, a purificarse y a lavarse de sus culpas y pecados.

Luego llegó un soldado de la compañía de D. Gastón, que se llamaba Varón, con una carta. Estando este soldado para echarse al agua, le dijo D. Alvaro: «Decí á los Capitanes del fuerte que se tengan por todo hoy, si fuere posible.» Y aún no era la gente que se había salido á pelear de dentro del fuerte, cuando algunos Capitanes y otros particulares se recogieron al castillo.

Palabra del Dia

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