Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 16 de junio de 2025
PÁEZ. Y trae su persona acompañada De una bella morisca rebozada. Salen ABINDARRÁEZ y JARIFA, de camino. ABIND. Danos, ilustre Narváez, Los pies a mí y a mi esposa. NARV. Bien vengáis, Jarifa hermosa, Y vos, noble Abindarráez. ABIND. Bien merezco lauro y palma De la merced que recibo, Pues siendo el cuerpo el cautivo, Te vengo a traer el alma.
Nuestro Señor, &c. Al Virey, acusando el recibo de una real órden. Exmo. Señor: Asumpcion, Junio 9 de 1794.
-Deso recibo yo mucho gusto -respondió la mujer-; mostradme esas cosas de más consideración y más momento, amigo mío, que las quiero ver, para que se me alegre este corazón, que tan triste y descontento ha estado en todos los siglos de vuestra ausencia.
Tío Manolillo, hace mucho frío, llueve, y yo no he dormido en tres noches, y si queréis que os oiga, metámonos á cubierto. ¿Y dónde, que no perdamos de vista esa casa? Cabalmente frente á ella hay una taberna. ¡Una taberna! yo tengo hambre y sed. Y yo también; vamos, que yo pago. Lo aprecio y lo recibo, porque no tengo blanca.
El dinero quedaba a su espalda, sin recibo, sin garantía alguna, resguardado por el espíritu de confianza inquebrantable que circuía la respetable personalidad del banquero caritativo. Al salir los tres, asomaba un nuevo cliente, un hombre de chaqueta y gorra, industrial, que había abandonado un instante su taller para alcanzar una palabra del ídolo.
El día anterior lo había pagado, juntando algunos picos sobrantes de meses atrasados, retardando la cuenta del almacén y del carnicero y pellizcando en la caja del Ministerio, gracias a la complacencia del habilitado y correspondiente recibo por adelantado de sueldos.
Sobre esto se habló mucho, y el forastero sacó a relucir otras cosas. «Yo de mí sé decir que cuando paso la frontera para acá recibo las más tristes impresiones. Habrá algo que admirar; a mí se me esconde, y no veo más que la grosería, los malos modos, la pobreza, hombres que parecen salvajes, liados en mantas; mujeres flacas... Lo que más me choca es lo desmedrado de la casta.
Porque conforme al tratado vigente entre nuestro país y Francia, debemos gozar de las mismas ventajas que los Franceses. Yo no conozco ese tratado. Pero U., señor comisario, tiene obligacion de conocerlo y tenerlo á la vista, puesto que representa á su gobierno en una funcion que afecta á los extranjeros. Bah! yo no recibo lecciones ni entiendo de tratados. En hora buena, señor comisario.
Un recibo de tres mil y doscientos doblones, por los tres mil. En buen hora. Pero... dijo el señor Melchor, que temblaba presintiendo las iras de su cónyuge. ¿Qué tenéis vos que ver en esto? dijo don Juan ; asunto concluído: extendamos los recibos. El señor Melchor se calló. El señor Longinos puso sobre el mostrador papel y tintero, y los respectivos recibos se extendieron dictándolos el platero.
Fué á sacarlos de su cinto para que los viese la difunta, depositándolos después bajo la piedra, en el mismo lugar donde dejó su recibo, pero sus manos le habían abandonado.
Palabra del Dia
Otros Mirando