Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 9 de junio de 2025


Parecíase a Sabel, y aún se le aventajaba en la claridad y alegría de sus ojos celestes, en lo abundante del pelo ensortijado, y especialmente en el correcto diseño de las facciones. Sus manitas, morenas y hoyosas, se tendían hacia el vino color de topacio; el marqués se lo acercó a la boca, divirtiéndose un rato en quitárselo cuando ya el rapaz creía ser dueño de él.

Al anochecer se empeñó en que se había de ir a la nueva casa, y su mujer y su tía no podían quitárselo de la cabeza. «Mira que te vas a poner peor. Duerme aquí, y mañana...». No, no quiero. Me siento algo aliviado. El periodo más malo pasó ya. Ahora el dolor está como indeciso, y dentro de media hora aparecerá en el lado derecho, dejándome libre el izquierdo.

Dejándolos luego exclamó: ¡Traedme mi vestido! ¡Traedme mi dengue, mi saya de estameña, mis corales!... ¡No quiero más estos trapos! Y con tal ímpetu comenzó á despojarse de su rico traje que en vez de quitárselo lo desgarraba. La seda crujía entre sus dedos robustos de paisana. Al cabo entró en su cuarto y pocos instantes después salió vestida de aldeana.

La estupefacción que sentía apenas le permitió dar un grito, y su primer movimiento fue echarle los brazos al nene, decidida a comerse a bocados a quien intentase hacerle daño o quitárselo. Rubín estuvo más de un minuto sin dar un paso, clavado en la puerta y destacándose dentro del marco de ella como la figura de un cuadro. ¡Cosa rara!

Bajó éste con el capuchón de reglamento. Al quitárselo y dejar al descubierto su hermosa cabeza blonda, D.ª Rafaela no pudo menos de recordar las estampas piadosas que representan a los primeros mártires del cristianismo en los calabozos de Roma. La luz, dando de lleno en aquella cabeza angelical, hacía resaltar como en apoteosis la delicadeza de sus facciones, la seráfica limpidez de su mirada, las tintas sonrosadas de sus mejillas.

Joshé creía que, cuando él se quitara la chaqueta y el chaleco, toda la familia rompería a reir a carcajadas, pero fué todo lo contrario, porque el señor Arizmendi, mirándole con ojos terribles, le dijo: Bueno, Cacochipi: póngase usted el chaleco y no vuelva usted a quitárselo delante de nosotros. Joshé se quedó frío, y no precisamente por la falta del chaleco.

La corbata para Chuchú... catorce reales. Son... cinco duros y un real... ¿se la ha puesto ya? No, señorita; mañana cuando vaya a paseo; es muy bonita; a María le ha gustado; ¿no sabe usted? El chico quería ponérsela cuando salíamos del comercio... ¡Poco trabajo que me costó quitárselo de la cabeza! ¡Pobre Chuchú!

Pues te hago saber que yo soy, como vees, un escudero; mas ¡vótote a Dios!, si al conde topo en la calle y no me quita muy bien quitado del todo el bonete, que otra vez que venga, me sepa yo entrar en una casa, fingiendo yo en ella algún negocio, o atravesar otra calle, si la hay, antes que llegue a , por no quitárselo.

Las tropas de la casa no habían salido; la caballería avanzaba, y los nacionales llegaban ya al palacio de Liria. Es una locura; huyamos gritó Pinilla. ¿Y qué hacemos con éste? dijo uno, señalando el cadáver del Doctrino. ¿Qué hemos de hacer? ¡Bonita reliquia para cargar con ella! ¿Tiene algún papel en el bolsillo? ¡A ver, quitárselo pronto! Pinilla le registró cuidadosamente.

Y aún decía Nicolás que tomaba chocolate no por tomarlo, sino nada más que por fumarse un cigarrillo encima. ¿Y qué resultó anoche? preguntó doña Lupe al ponerle delante todo aquel cargamento. Pues nada, que no hay quien le apee respondió el clérigo, sumergiendo el primer bizcochito en el espeso líquido . Lo que usted decía: no es posible quitárselo de la cabeza.

Palabra del Dia

lanterna

Otros Mirando