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Actualizado: 21 de mayo de 2025
Dime, Rorró: ¿me quieres así, tanto como dices, como yo te quiero a tí? Comenzaba la conversación, y seguía, y pasaba el tiempo, y no sentíamos correr las horas, felices, dichosos, con la dicha de los que aman y son amados. Nos dio por la jardinería. Preparamos los cuadros y sembramos rosales, claveles, lirios, azucenas, que nos prometían para la próxima primavera abundantes flores.
Pocas páginas ofrece la história, de un carácter tan singular como las que le preparamos en las noticias relativas á la Ciudad de los Césares.
Tía Carmen, sentada en su sillón y muy aliviada de sus males, nos contempla y sonríe; tía Pepilla parece una abuela bondadosa y tierna; tu papá charla y se goza en nuestra dicha, y mientras tú y yo estamos en el comedor y preparamos una sorpresa al santo sacerdote, poniendo entre los pliegues de su servilleta los retratos de la gente menuda, allá, en el fondo del jardín... dos chiquitines inteligentes y guapos, muy vestidos de gala, una niña que se parece a tí, y un rapazuelo que se parece a mí corren en pos de un aro tintinante.
En otro libro que preparamos sobre el estado actual de la Europa, nos ocuparémos separadamente y con la extension necesaria de nuestra amada España. Aquí solo apuntamos detalles y algunos datos estadísticos de verdadero interes para el que desee conocer un poco la patria de Cervantes y Calderon.
Vamos, vamos, Sr. D. Carlos dijo Zorraquín abrazando al enfermo . Ahora que los dedos se nos hacen triunfos, y tenemos a nuestro Rey con nosotros, y nos preparamos para ir sobre Madrid ¿se le antoja a usted morirse? Eso no se puede consentir. Navarro se acongojó mucho y dijo que la voluntad de Dios no le permitía guerrear en aquella grande y sublime campaña.
Una orquesta, oculta detrás de un biombo, toca los trozos de los mejores maestros, mientras que usted realiza cortejos tomados de jarrones etruscos, de bajorrelieves, de medallones y de reconstituciones cuidadosamente clasificadas. Así preparamos una juventud digna de este país...
Es más; si se considera lo que indudablemente les espera en esta vida, puede asegurarse que les causo un terrible mal... Vivir abrumados de trabajo, de sufrimientos, de angustias, y por fin de fiesta quizá una muerte aterradora como la de sus padres allá entre las olas embravecidas. ¡Hermoso porvenir! Bien pueden darnos las gracias esos pobres chicos por la felicidad que les preparamos.
Nos sobraba el alcohol, y podíamos destilar el agua de mar que se quisiera. Preparamos el alambique y le hicimos funcionar. Destilaba perfectamente. La cuestión del agua estaba resuelta. El portugués Silva volvió a intimarnos para que nos rindiéramos. Quería, sobre todo, los cofres de Zaldumbide.
Ya me ha dicho éste que preparamos una operación extensa. Toma. EVARISTA. No me asombraré de verle a usted entrar con otra carga de dinero... Dios lo manda. Al ver a su tía, vacila, no se atreve a pasar. Arráncase al fin, tratando de escabullirse. ELECTRA. En el cuarto de la plancha. Fui a que Patros me planchara un peto... EVARISTA. ¡Y te estás con esa calma! ELECTRA. Una carta.
Palabra del Dia
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