Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 9 de mayo de 2025
Y esas gentes, realmente sencillas, nada tienen de rústicas sinembargo: saben leer, escribir y calcular, en lo general, comprenden sus derechos y deberes civiles y políticos, y tienen esa conciencia de su personalidad que les viene de la libertad, del trabajo independiente y de las prácticas sencillas y austeras de la religion reformada.
Así en las esferas gubernamentales, como en los partidos políticos que ansían el poder, existe una pasión que con frecuencia degenera en odio de uno a otro bando. Efecto del delirio y la fiebre que domina los espíritus, la Francia se encuentra en continua zozobra.
Un ciudadano suizo, culpable de un robo verificado en una iglesia de Samen, ha sido condenado á lo siguiente: «Un cuarto de hora de argolla, vigilado por el verdugo, á 60 palos dados públicamente por el ejecutor de la justicia, á tirar durante cinco años de un carretón, á diez años de internacion en su distrito natal, á no poder casarse jamas, á la pérdida de sus derechos civiles y políticos, á ejercicios piadosos, á hacer penitencia en la iglesia, con un báculo en la mano, y una cuerda al cuello, á daños y perjuicios y á los gastos del juicio.»
Olvidado éste de sus trabajos políticos y en pasiva rebeldía contra su madre, que apenas si le hablaba, llegó el domingo de su elección. Triunfo completo. Ya era diputado. Pasó la noche estrechando manos, recibiendo plácemes, aguantando serenatas, y a la mañana siguiente corrió a la casa azul par recibir la irónica enhorabuena de Leonora. Lo celebro mucho dijo la artista.
Dirían las gentes, si dejándoos llevar de vuestra violencia pusiéseis en mí las manos, que no bastando los odios políticos que nos separan, habíamos reñido por una querida.
La mayoría de los políticos no consideran colmada su ambición al llegar a ministros. Ser ministro no es, en realidad, ser nada. Un ministro está a merced del poder moderador, a merced de la Prensa, a merced de las oposiciones parlamentarias, a merced de todo el mundo. En cambió, un ex ministro no está a merced de nadie. Las carteras pasan y las cesantías quedan.
Todos están tomados de discursos, informes, folletos y Memorias, suscriptos por los señores Romero Robledo, Moret, marqués de la Vega de Armijo, Balaguer, Doltz, general Pando, general Salamanca y bastantes otros hombres políticos peninsulares de la primera importancia. No quiero entrar en pormenores, porque son cansados y además harto feos. Convengo, pues, con el Sr.
Ábrase la historia, no las que andan en manos de todos, sino otras algo íntimas, y que testigos presenciales dictaron. Pues qué, ¿se ha olvidado ya la condición sainetesca y un tanto arlequinada de nuestros partidos políticos en el período de su incubación?
Y mientras en las provincias se organizaba y preparaba una guerra feroz y sangrienta, en Madrid, políticos y oradores se dedicaban con fruición a los bellos ejercicios de la retórica. Un día de Mayo fueron Martín, Capistun y Bautista a Vera. La señora de Ohando tenía una casa en el barrio de Alzate y había ido a pasar allí una temporada.
Andando el tiempo, el río había depuesto su sedimento de riquezas sobre esta playa, pero muy poco del espíritu español, del Gobierno español. La actividad del comercio había traído el espíritu y las ideas generales de Europa; los buques que frecuentaban sus aguas traían libros de todas partes y noticia de todos los acontecimientos políticos del mundo.
Palabra del Dia
Otros Mirando