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Actualizado: 8 de mayo de 2025
SALMIGONDIS. Para aprovechar la carne del cocido y cualquier otra, se coloca en una cacerola con trocitos de jamón y chorizo fritos; se fríe cebolla muy picada y tomate, y cuando está hecho se vierte sobre la carne, haciendo hervir todo junto, poniendo también un cacillo de caldo y pimientos cortados en tiras.
Un pisotón discreto de la del Banco le sacaba de sus distracciones. Pican, pican decía Visita. ¿El qué? preguntaba la Marquesa que comía sin cesar y muy contenta entre el bullicio ¿qué es lo que pica? Los pimientos, señora. Y don Álvaro agradecía a Visitación el aviso y volvía a engolfarse en el palique general, ocultando como podía su aburrimiento que para sus adentros llamaba soberano.
TOCINO MAGRO CON TOMATE Y PIMIENTO. Se pone aceite en la sartén con ajos partidos, después de fritos se tiran, y se echan los trocitos de tocino; aparte se hace el tomate, se echan pimientos, se mezcla todo, y se deja un ratito rehogando antes de servirlo.
PIMIENTOS RELLENOS. Se toman unos pimientos pequeños, se les quita la parte de arriba con las semillas y se rellenan con un picadillo de ajo, perejil, sal, ternera, jamón y cebollas, agregando también un huevo batido; después de rellenos los pimientos, se van rehogando y colocándolos en una cacerola, haciéndoles la salsa de harina o de tomate. Lo mismo pueden rellenarse los calabacines.
Sin detenerse pasó por la ciudad que lleva el nombre más preclaro en las justas militares del siglo, y que tuvo en los harapos de sus tapias rotas mejor defensa que otras en la coraza de sus murallas de piedra. En Tudela pasó el Ebro entrando en franca tierra de Navarra, semillero de gente brava, pues si Rioja fue hecha para criar pimientos, Navarra fue hecha para criar soldados.
María tomó la guitarra que Pepe Vera le presentó de rodillas, y cantó: Más quiero un jaleo pobre, y unos pimientos asados, que no tener un usía desaborío a mi lado. A esta copla respondió un torbellino de aplausos, vivas y requiebros, que hicieron retemblar las vidrieras. Stein se puso rojo como la grana, menos de indignación que de vergüenza.
PIMIENTOS EN VINAGRE. Se toman pimientos morrones, se frotan bien con un paño y se ponen en una olla de boca ancha; se rellena con agua y vinagre en partes iguales, de modo que queden bien cubiertos. La vasija ha de ser de cristal con tapón esmerilado y siempre herméticamente cerrada.
BACALAO A LA VIZCAÍNA. Cortado el bacalao en trozos regulares, se pone a remojar un día antes de hacerlo, cuidando de cambiar el agua; cuando está desalado se cuece unos minutos y se escurre bien. Cuando está frío se le quitan las espinas y la piel y se fríe. Se fríe cebolla, tomate y pimientos secos, y se mezcla con el bacalao.
Golfín le acarició el rostro con su mano, tomándolo por la barba y abarcándolo casi todo entre sus gruesos dedos. ¡Pobrecita! exclamó . Dios no ha sido generoso contigo. ¿Con quién vives? Con el señor Centeno, capataz de ganado en las minas. Me parece que tú no habrás nacido en la abundancia. ¿De quién eres hija? Dicen que mi madre vendía pimientos en el mercado de Villamojada. Era soltera.
Dudo yo que el más científico cocinero francés, sin más que habas, aceite turbio, vinagre archi-turbio, pimientos, sal y agua, pueda sacar cosa tan rica como dicha cocina de habas preparada por cualquiera mujer cordobesa.
Palabra del Dia
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