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Actualizado: 24 de julio de 2025
De modo que, aunque para el servicio de Dios y culto divino ninguna riqueza puede decirse que es excesiva, con todo, atendiendo a la pobreza de los pueblos y sus naturales, parece que se excedieron en esto. Las torres o campanarios son de madera, formados de cuatro pilares u horcones gruesos y altos, con dos o tres entablados que hacen otros tantos cuerpos, y su tejadito.
Un albañil árabe ideaba y construía un corredor de la Alhambra o del Generalife, con sus pilares invisibles, sus arcos calados; todos los ingenieros de Francia se reúnen en concurso, y el triunfador, el representante del arte moderno, construye el teatro de la Opera, esto es, ¡un aerolito pesado, informe, dorado en todas las costuras!
En efecto; es usted un gran artista murmuró Novillo, enjugándose unas lágrimas; era sobremanera sentimental . Como presidente de la Junta de abonados que soy, le prometo que haré estrenar su drama por la primera compañía dramática que venga a Pilares. Apolonio hubiera abrazado a Novillo; pero no quería descomponer la majestad de la figura.
Entre sus papeles había una carta para mi padre, en donde se decía: «... eres bueno; pero eres algo ganso, y no vales para andar solo por el mundo. Te dejo en mi testamento un pequeño legado, que si tú lo manejas, la del humo. Por lo tanto, de que yo me haya muerto, vas con tu hijo a Pilares.
Entra en el templo acompañada de su hija Susana, y se arrodilla al lado de uno de los pilares de la iglesia para dar gracias a Dios por los inmensos favores que acaba de recibir.
En efecto, un preboste ó corregidor de los mercaderes, el famoso Estéban Marcel, á quien dedicarémos una página en la reseña histórica de Paris, compró la casa de los Pilares por la cantidad de 2.880 libras, en 7 de Julio de 1357, y á ella se trasladó el Ayuntamiento, ocupando el trono el rey Juan.
Mientras el ingeniero detallaba sus explicaciones, el médico, asombrado por la enorme mole de las dos torres ardientes que parecían servir de pilares al firmamento, pensaba en el culto del fuego, en la adoración de las razas antiguas al gran elemento creador y destructor, en los ídolos ígneos que cocían dentro de su vientre, en repugnante holocausto, las víctimas humanas.
Dejemos ahora la humilde casa de los Pilares ó de la Greve, costeemos los bordes solitarios del Sena, y encontrarémos, casi fundada sobre las corrientes del rio, una morada más humilde aún.
Cuando estuvo en el trascoro, sacó fuerzas de flaqueza, y aunque iba ciego, procuró no tropezar con los pilares y llegó a la sacristía sin caer ni vacilar siquiera. Ana, vencida por el terror, cayó de bruces sobre el pavimento de mármol blanco y negro; cayó sin sentido. La catedral estaba sola. Las sombras de los pilares y de las bóvedas se iban juntando y dejaban el templo en tinieblas.
Veo grandes chimeneas, pilares con esculturillas arriba, pero ni un caballero a quien hacer girar la cabeza... ¡bah, todo eso no sirve para nada! Nunca se me había ocurrido este modo de apreciar la arquitectura feudal exclamó, riendo, mi tío. Atravesamos corredores obscuros, que me amedrentaron.
Palabra del Dia
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