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Actualizado: 15 de junio de 2025
¡Oh! No hay aún plazo señalado, D.ª Rafaela, pero contando con la voluntad de Dios, me parece que no está muy lejos. Me alegro, me alegro, hijo. Ella va bien y usted lo mismo. Creo que es muy rica. Señora, esas cosas son para mí tan secundarias que no he querido averiguar nada respondió Llot modestamente. Sólo sé que es muy piadosa y que pertenece a una familia cristiana.
Hago la misma solitaria vida bajo el mismo techo, envuelta en mi propia tristeza y leyendo en compañía de Alfonso, su esposa y mi Sofía, cuya educación no me da cuidado porque parece ya haber salido instruida y piadosa de la cuna. Leemos por las noches en compañía de mi esposo y mis hijos, junto al hogar, cuantos libros pueden alimentar sanamente el alma y el espíritu.
Trajeron el mueble á esta casa, y en mi cuarto ha estado hasta hoy. Al principio miré aquello como un juguete, como una reliquia. De noche, en el silencio de esta casa, lo abría, contemplando con estupor las hermosas monedas que dentro había. Varias veces traté de revelarlo; pero me detenía un recelo supersticioso. A veces soñaba con fundar algún día una obra piadosa.
Mas, enjuga el llanto ¡oh virgen desolada! eleva hacia el Altísimo tu lánguida mirada, tu mirada piadosa ¡oh púdica mujer! y piensa que el amado, tu gloria, tu consuelo, aquel que te adoraba no ha muerto, está en el cielo, y allá en el cielo sueña, feliz con tu querer!
Una sonrisa feliz vagaba por los labios de ellas y ellos. Entre cánticos melodiosos, entre amenas pláticas y bromas delicadas se pasó la tarde. Los revisteros podían decir, sin faltar a la verdad al día siguiente, que los "viernes del Supremo Hacedor" eran deliciosos, y que la marquesa de Alcudia hacía los honores en su nombre con exquisita amabilidad. Al cabo, la piadosa reunión se dispersó.
Aquí se enterneció más Arturito y pasó de las lágrimas a los sollozos. Rafaela, algo conmovida y muy piadosa, se levantó de su asiento, se llegó a él y le dio para animarle tres o cuatro blandos cogotacitos con la blanca y linda mano.
No la arredraban ciertos despegos, ciertas durezas inexplicables de Miranda; servíale piadosa y filialmente, hablábale con dulzura, hacíale ella misma los remedios y le vendaba el pie lastimado, con la devoción con que vestiría a una santa imagen. Era feliz y hasta se conmovía, cuando él hallaba bien colocado el apósito. Al fin Miranda pudo andar sin riesgo.
Había ido allí a muy otra cosa, pero los suspiros de su inglesa-italiana y el olor a medicinas antiespasmódicas, más el declinar del día, le habían cambiado de repente el ánimo, inclinándole a la melancolía poética y reflexiva, a la abnegación espiritual y piadosa.
Tiago en religiosería, deseó de todas véras morirse al día siguiente para encargar exequias aun más soberanas. La piadosa vieja no podía sufrir que aquel, que ella tenía ya para siempre vencido, al morir, resuscitase con tanta pompa.
Además debía ser linda, distinguida, bien educada, obediente y piadosa. Huberto, que trataba a muchas señoritas, comenzaba a desesperar de encontrar la mujer soñada por su madre, cuando, en Etretat, halló este ideal en María Teresa.
Palabra del Dia
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