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Actualizado: 6 de junio de 2025
Satisfecho el hidalgo, muy correcto y galante, dijo que la señora debía disimular lo desagradable de su visita, pero que era su deber velar por aquella niña y que se congratulaba de que fuesen infundadas las acusaciones que se le habían hecho.... Tal vez un exceso de solicitud..., o alguna mala interpretación, había dado lugar a aquel «incidente», que él lamentaba.... La señora perdonaría....
Crimen espantoso es también la muerte de Valentín dada a mansalva por Fausto; pero era inevitable; se justifica estéticamente. Además, aquí se perdonaría cualquiera defecto en el poeta, en caso de que le hubiese, en gracia del carácter del rudo y honrado militar, hermano de Margarita.
Tampoco era Carlota responsable de que nuestro joven perdiese la razón al ver una minúscula arruga en el planchado de los puños o las botas sin el conveniente brillo, porque no tenía la costumbre de reconocer minuciosamente ni los puños ni las botas de su novio. Es más, aunque advirtiese la arruga del planchado o la opacidad de las botas, era tan bonachona que se lo perdonaría sin gran esfuerzo.
Conque no me vengas con tristezas ni tontunas, ni vuelvas a decir que te deje, ni que si te dejo yo te aguantarás. Si lo piensas, es porque no me quieres. ¿Soy rica? Pues mejor. Ya saldrás de pobre, y si no, yo lo mismo te he de querer, con tal de que tú no mires a ninguna otra mujer. ¿Lo entiendes? Es lo único que no te perdonaría nunca.
Y decía el obispo-madre: Sí, señora Marquesa, no se haga usted cruces, Anita está resuelta a dar este gran ejemplo a la ciudad y al mundo.... Pero Quintanar... no lo consentirá... Ya ha consentido... a regañadientes, por supuesto. Ana le ha hecho comprender que se trataba de un voto sagrado, y que impedirle cumplir su promesa sería un acto de despotismo que ella no perdonaría jamás....
En cualquier caso ésas son niñerías o quisquillas que si fueras otro no te las perdonaría. Pero tú estás malo y te compadezco. No le vi más durante dos o tres días. Tuvo la severidad de tratarme con rigor. Se informó de mí por mi criado y supe que se preocupaba de mi estado y me vigilaba sin aparentarlo. Cada día de inacción me agotaba más y más me desmoralizaba.
MÁXIMO. En cosas vagas, indeterminadas, risueñas, y los números se escapan, se van por los aires... GIL. Y cualquiera los coge. Distraído yo, confundí la cifra de la potencial con la de la resistencia... Pero ya rectifiqué. Dígame si está bien... Nuestra maestra, nuestra tirana, la exactitud, nos lo perdonaría. GIL. ¡Ah! señor, esa no perdona. Es muy severa.
Si tuviera que perdonarle, en honra de la noble memoria del senador Vieillard, le perdonaria. Ahora preguntaré: ¿se cumplió el testamento del senador Vieillard? Creo que no. ¿Por qué? Acaso Luis Napoleon lo sabe, acaso lo ignora, pero la verdad es que la última voluntad del difunto no se cumplió. Me parece oir á un lector que dice: pues ¿qué sucedió en esto?
Jamás te perdonaría haber venido a meterte entre Martín y yo; jamás te perdonaría el crimen que he cometido con él por culpa tuya. Ese crimen se alzará entre nosotros dos mientras vivamos. Te colmaría de injurias y de golpes cuando estuviera ebrio. Tu vida sería un infierno conmigo... ¿Qué dices ahora? Ella baja la cabeza como para someterse, y con las manos juntas exclama: ¡Llévame contigo!
Y como doña Inés no gustaba de quedarse atrás en nada, sino de adelantarse en todo, y ser también importante cosechera de los mencionados frutos y riquezas, muy candorosamente estaba persuadida de que padecía o había padecido mucho ejerciendo y luciendo su paciencia, compitiendo un poquito con Job y granjeándose los medios de ir al cielo derechita, sin tropezar en rama, ya se entiende que contando con la misericordia de Dios, que le perdonaría sus pecados, si los tenía, pues, según ya he dicho, no lo sabemos.
Palabra del Dia
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