Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 6 de julio de 2025
Esforzábanse sus compañeros por consolarle de aquel su dolor, que se veía claro en la perpetua desolación de su semblante, y en vano, para consolarle mejor, la causa de su dolor le pedían; callábase él, agradeciéndoles sus buenos deseos; y como el capitán Diego de Urbina, a quien su desventura había revelado para que le amparase, su secreto noblemente le guardaba, nadie sabía qué pensar de aquel dolor que tan acabado a Cervantes tenía, y tan desesperado, y tan melancólico, que harto claro se comprendía que le pesaba la vida.
Cuentan que de tres navios, habiéndose perdido los dos, y volviendo el uno, vió este á toda la gente en la orilla; que aunque le pedian que los llevase, no se atrevió á ello por falta de víveres y de buque, y con toda la gente de los demas navios perdidos sucederia lo mismo.
No tenía nada de buena... Sin los chiquillos, que pedían limosna por los caminos, todos se hubieran muerto de hambre, porque usted comprende que la caridad de los vecinos no basta para tapar tantas bocas... Además, la tal Briffarde no tenía nada de cómoda... Una salvaje, caballero, una leona... Las monjas de la Celle casi no podían con ella...
Ambas hicieron la recolección tan impasibles y con tan fría dignidad, que pronto, como si hubiese corrido la voz de que aquellas criaturas no pedían guerra, los piropos terminaron, aunque no terminó el abrir calle cuando pasaban ellas. Siguieron asimismo los murmullos de entusiasmo y simpatía.
Veía a los banderilleros exponer la vida lo mismo que los maestros a cambio de treinta duros por corrida, y luego de una existencia de fatigas y cornadas llegar a viejos, sin más porvenir que una mísera industria montada con los ahorros o un empleo en el Matadero. Algunos morían en el hospital; los más pedían limosna a los compañeros jóvenes.
Hecha que fué esta facción, los capitanes y todos los soldados viejos de todas las naciones que allí se hallaron, deseaban cada día ir á combatir con los turcos, teniendo por cierta y segura la victoria con la ayuda de Dios, y todos pedían esta impresa; mas D. Alvaro no solamente no quiso otorgársela, mas los hizo retirar de tal suerte que jamás consintió en ninguna manera que se saliese fuera á escaramuzar con ellos.
¿De dónde era el maestro? Todas las vecinas lo sabían: de muy lejos, de allá de la churrería. Y en vano se pedían más explicaciones, pues para la ciencia geográfica de la huerta todo el que no habla valenciano es de la churrería. No eran flojos los trabajos sufridos por don Joaquín para hacerse entender de sus discípulos y que no reculasen ante el idioma castellano.
La niña le preguntaba por los suyos, y él respondía como aturdido, no pudiendo pensar en otra cosa que en su grotesca aparición. Vergüenza mayor no había pasado jamás. ¿Qué gesto, qué palabra podría hacerle recobrar su apostura? Todos pedían a Beatriz que danzara, y ella se excusaba débilmente.
Alicia tenía la sonrisa amarga y orgullosa de una reina destronada. En los días anteriores la gente sólo había hablado de ella. Hasta Niza y Mentón volaba su nombre. Las familias monegascas que no pueden entrar en el Casino pedían noticias de su suerte á la hora de la comida. En cafés y restoranes sonaba su apellido mezclado con los de los generales que dirigían la guerra.
Ella no podía separarse del que amaba, y tampoco quería mentir: ella tenía corazón. El doctor interrumpió á su primo, que se complacía con doloroso deleite en detallar los recuerdos de aquella noche. ¿Pero, y el niño? ¿Y el hijo del amor? preguntó con cierta ironía. Sánchez Morueta miró al médico con unos ojos que pedían piedad.
Palabra del Dia
Otros Mirando