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Actualizado: 29 de julio de 2025
En 1633, pagóle el cabildo de la ciudad ciertas cantidades por la iluminación de una estampa de san Fernando y terminó algunas pinturas para san José, siendo en gran número los cuadros de Bodegones que hizo, los cuales estaban en poder de particulares y ya en tiempo de Ceán habían casi todos desaparecido de Sevilla para ir á parar á los museos extranjeros.
Diéronsela, con muestras de que en gran manera les pesaba de que los dejase. Dio la duquesa las cartas de su mujer a Sancho Panza, el cual lloró con ellas, y dijo: ¿Quién pensara que esperanzas tan grandes como las que en el pecho de mi mujer Teresa Panza engendraron las nuevas de mi gobierno habían de parar en volverme yo agora a las arrastradas aventuras de mi amo don Quijote de la Mancha?
La madre, bruscamente, repuso: En medio de todo, debiera alegrarme de nuestra desgracia, porque esa gente, esa chusma, te había ya tendido el lazo y en él ibas a caer, tarde o temprano; tengo la experiencia de estas cosas, y sé en lo que viene a parar la oposición de los padres en lucha con el capricho de los hijos; porque no me lo niegues, no me digas que no: estás encaprichada con ese renacuajo de Quilito.
Ignorando la inmovilidad del centro en torno del cual rodaban, creían con la mejor buena fe que el movimiento era de avance. «¡Cómo corremos! ¿Adonde iremos a parar?» Y Febrer sonreía, apiadado de su simpleza, viéndolos ufanarse de la rapidez de su progreso, cuando estaban en el mismo sitio, de la velocidad de una ascensión que emprendían por milésima vez y había de ser seguida fatalmente por el descenso cabeza abajo.
Y aun no se me figura que me toca aqueste oficio solamente en vida; mas, con la lengua muerta y fría en la boca, pienso mover la voz a ti debida. Libre mi alma de su estrecha roca, por el estigio lago conducida, celebrándote irá, y aquel sonido hará parar las aguas del olvido.
Sor Marcela dispuso que le volviesen a poner los trastos de la celda lo mismo que estaban, y acabose el cuento del ratón. El día siguiente fue uno de los más calurosos de aquel verano. En las habitaciones que caían al Mediodía era imposible parar, porque faltaba el aire respirable. Donde quiera que daba el sol, el ambiente seco, quieto y abrasado tostaba.
Quemó aquí un navio el Luterano De los tres que traia, y á gran priesa Se leva á la mañana muy temprano, Y á Paita sin parar presto atraviesa. Al Piloto echa en tierra de su mano, A los de Paita enviando su promesa De seguro, mas ellos no quisieron Concierto, sino al monte se huyeron.
Por eso hay que andar con cuidado; pero en ese mismo cuidado, en las precauciones que es preciso tomar, consiste el mayor gusto de la empresa. Si no hubiera obstáculos y peligros, no valía la pena de intentarla. Efectivamente; a mí me gustan los peligros, Sr. D. Luis. A mí me gusta todo aquello que no se sabe adonde va a parar. Siga usted hablandóme del mismo asunto. ¿Qué precauciones tomaremos?
Hablaba Diógenes pálido y agitado, con el tono iracundo que solía usar cuando hablaba de veras, y levantándose de repente de la mesa, entróse por un cobertizo que iba a parar en las cuadras; viéronle, a poco, salir lívido más bien que pálido y dejarse caer como sin fuerzas en un banco de hierro que bajo los arcos estaba: con grandes ansias y sudores había arrojado en un rincón de la cuadra lo poco que había comido.
Hubo, pues, de parar en seco a dos pasos de mí y los dos caballos, jadeantes, cubiertos de espuma se encabritaron como si hubieran tenido el sentimiento de que sus jinetes querían pelear. Creo en verdad que Magdalena y yo nos miramos con cólera, a tal punto aquel juego extravagante mezclaba la excitación y el reto respecto de otros sentimientos intraducibles.
Palabra del Dia
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