Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 24 de junio de 2025


Por la noche fueron todos a casa de doña Casta, quien tomó por su cuenta a Maxi, prodigándole mil cuidados, ofreciéndole golosinas, y tratando de refrescarle el cerebro con una plácida disertación sobre las aguas de Madrid, y sobre las propiedades por que se distinguen las de la Acubilla, Abroñigal, y fuente de la Reina, de las de Lozoya.

En más de una ocasión trataron de ganarle, ofreciéndole mucho dinero para que fuese á hacer de Abraham á otras poblaciones; pero él no quiso jamás ser infiel á su patria y privarla de aquella gloria.

El director procuró escurrir el bulto, le dio algunos quiebros con maestría y varios pases, pero al fin fue cogido en la misma cuna; quiero decir, que el joven le convidó un día a almorzar, le llevó engolosinado ofreciéndole la perspectiva de unas cuantas docenas de ostras empapadas en Sauterne, y como postre le descerrajó el drama a quema ropa. El drama era efectivamente un tiro.

Os equivocariais si siempre achacaseis á mala fe estas singulares anomalías: el autor habrá sostenido el y el no con profunda conviccion; porque sin que él lo advirtiese, esta conviccion solo dimanaba de un sentimiento vivo, exaltado; cuando su entendimiento se explayaba con pensamientos admirables por su belleza y brillantez, no era mas que un esclavo del corazon; pero esclavo hábil, ingenioso, que correspondia á los caprichos de su dueño ofreciéndole exquisitas labores.

Al tocar el suelo vaciló sobre sus piernas; luego fué avanzando trabajosamente, moviendo los pies con dificultad, hundiendo su bastón en los surcos. Apóyate, viejo mío dijo la esposa ofreciéndole un brazo. El autoritario jefe de familia no podía moverse ahora sin la protección de los suyos. Se inició la marcha entre las tumbas, lenta, penosa.

Cierta vez le invitaron a beber, ofreciéndole un vaso lleno hasta el borde. La idea del hechizo o del veneno cruzó por su espíritu.

Azoróse el tío Frasquito al verse solo y sin defensa en las garras de Diógenes, y procuró encubrir sus temores, acogiéndole humilde, sonriente, cariñoso, llamándole Perriquito, y ofreciéndole ricos cigarros que él no fumaba nunca, pero llevaba siempre a prevención para casos apurados.

Ambos venían encarnados, risueños y extraordinariamente locuaces. Los ojos les brillaban con fuego alegre y malicioso, que llamó la atención de sus amigos. Ahí va un cigarro, D. Martín dijo el joven presbítero, ofreciéndole uno de acreditada vitola, igual al que él estaba chupando voluptuosamente.

Anciana no ser ella. ¿ qué sabes, si no la ves? Decente ella. que lo será, sin agraviar. Pero a ti te gustan las viejas. Ea, yo me voy, señora, que lo pasen bien dijo Benina, azoradísima, levantándose. Quédese, quédese... ¡Si es groma!». La Diega la instó también a quedarse, añadiendo que habían comprado un décimo de la Lotería, y ofreciéndole participación.

Inmediatamente cundió por el comedor el olor fétido de la carne de cisne... Los curiosos se llevaron los pañuelos a las narices, al menos, aquellos que tenían pañuelos... Juanillo ensayó cortar un alón con el trinchante, inútilmente: la negra carne parecía madera... El capataz se adelantó entonces ofreciéndole su facón, que, recién afilado, cortaba como navaja de afeitar... Con él, a costa de penosos esfuerzos, consiguió Juanillo servirse una ración que apenas cabía en el plato...

Palabra del Dia

metropolitanos

Otros Mirando