Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 9 de julio de 2025
Ambos venían encarnados, risueños y extraordinariamente locuaces. Los ojos les brillaban con fuego alegre y malicioso, que llamó la atención de sus amigos. Ahí va un cigarro, D. Martín dijo el joven presbítero, ofreciéndole uno de acreditada vitola, igual al que él estaba chupando voluptuosamente.
Hombre, yo no he dicho... Las cosas claras, don Alejandro... ¡Canástoles! pues ¿qué más claras las he de poner?... Venga de eso, o de lo que mejor le cuadre... y a ver qué le parecen estas regalías para fumigar la conversación. La vitola es de primera. Pues a prender fuego a ese ejemplar... Ahí va la cerilla. Gracias, señor don Alejandro.
Como dijo, siglos ha, Cristóbal Hayo, maestro físico de Salamanca, en loor del tabaco: «usando del no se siente soledad». Don Guillén me lo había ofrecido, sabiendo que era la vitola más de mi gusto; delicado agasajo que yo le agradecí. No faltaban las copitas de coñac viejo.
Palabra del Dia
Otros Mirando