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Actualizado: 2 de mayo de 2025
NARV. Todo es, Nuño, declararte Que puesto que armado Marte, Le vence desnudo amor. NU
Revestido con las armas del difunto D. Jaime, que parecían expresamente forjadas a la medida del mancebo cautivo, apareció éste a la puerta del castillo en una hermosa mañana del mes de Mayo, acompañado de Nuño y de Juan Moreno Güeto, los tres en sendos caballos; tomaron el camino de Cabra, y no tardaron mucho en salvar la cima de los cercanos alcores, perdiéndose de vista.
REY. Pésame de llegar tarde: Llegar a tiempo quisiera, Que pudiera remediar De Sancho y Nuño las quejas; Pero puedo hacer justicia Cortándole la cabeza A Tello: venga el verdugo. FELIC. Señor, tu Real clemencia Tenga piedad de mi hermano. REY. Cuando esta causa no hubiera, El desprecio de mi carta, Mi firma, mi propia letra, ¿No era bastante delito?
Descontento Abdallah con tal contratiempo, persiste, sin embargo, en su propósito de poseer á la bella Leonor, y acude con tal propósito al rey Mauregato. Este, que es enemigo de Nuño, se apresta á acceder á sus deseos; la casa de Nuño, en Simancas, es cercada por hombres armados, y sus hijas, con otras cinco señoras de la ciudad, se reservan para entregarlas á los moros.
Haz cuenta que de sus manos En el olvido cayeron. Volveréme habiendo visto Las damas y caballeros, La iglesia, el palacio, el parque, Los edificios, y pienso Que traeré de allá mal gusto Para vivir entre tejos, Robles y encinas, adonde Canta el ave y ladra el perro. No, Nuño, no aciertas bien.
Allí, a la tela, al brocado, Al grave acompañamiento Abren las puertas, si tienen Razón, que yo lo confieso; Pero a la probreza, Nuño, Sólo dejan los porteros Que miren las puertas y armas, Y esto ha de ser desde lejos. Iré a León y entraré En Palacio, y verás luego Cómo imprimen en mis hombros De las cuchillas los cuentos. Pues andar con memoriales Que tome el Rey ¡santo y bueno!
LEONOR. Por él, don Nuño, es verdad; por él con loca impiedad el altar he profanado. ¡Y yo, insensata, le he amado con tan ciega liviandad! NU
FERRANDO. ¡Del trovador! GUZMÁN. Del mismo; estaba en el jardín. Allí, dijo don Nuño con un acento terrible, allí estará también ella; y bajó furioso la escalera.
Nuño llevó a Montilla, y entregó recatada y secretamente al hermano menor de D. Alonso de Aguilar, una extensa carta, escrita por doña Mencía, y que decía de esta suerte: VII
Don Sancho, después de matar á su padre, ha de vengarse en seguida de Don Bermudo y sostener en lid solemne contra todos, que el impostor que se presentó al principio como Rey, y que después se creyó ser Nuño Aulaga, no era su verdadero padre, porque éste había muerto en Palestina largo tiempo antes.
Palabra del Dia
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