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Actualizado: 25 de junio de 2025
¿Pero y si esa dama se negase á recibirme? ¿No decís que tiene dueña? Sí, señor. Pues bien; tomad para la dueña. El duque abrió otro cajón, sacó de él algunas monedas de oro, y las puso formando una columna bastante respetable en el borde de la mesa del lado de Montiño. El cocinero miró con codicia el oro; pero no le tocó. Guardad eso le dijo el duque , y además... me olvidaba... tomad.
Esta alianza había sido fijada en una de las cláusulas de su testamento, y queriendo servirse del interés como agente de su voluntad, había desheredado al que se negase á casarse con su coheredero.
La segunda noticia hará pasar la primera y nos ahorraremos una escena penosa. Sin embargo... si la señora de Candore se negase... Nada es posible contra los hechos consumados. ¿No eres mi mujer? El otro día oí al notario señor Hardoin afirmar que un matrimonio hecho en el extranjero en esas condiciones, es nulo...
Inspiraba miedo á sus enamorados. Todos temían la burla cruel como respuesta á una petición matrimonial. Por dos veces había anunciado su casamiento con señores de la corte, y á última hora ella misma pidió al zar que negase su permiso. Ningún hombre osaba ya solicitar su mano, por temor á las risas y los comentarios.
Así que su angel bueno le sugería negase cualquier cosa con toda la energía de su alma y la rebeldía de sus cabellos, y estaba ya para soltar un soberbio ¡nego! y porque quien niega todo no se compromete á nada, le había dicho cierto oficial de un juzgado; mas, la mala costumbre de no escuchar la voz de la propia conciencia, de tener poca fé en la gente de curia y buscar ausilio en los otros cuando se basta uno solo, le perdieron.
¿Para qué quiere usted adelantar en mi corazón si está vacío? ¿Cree usted que haría una gran cosa conquistándome? ¡Si no valgo nada! No ría usted: no valgo nada. Aquí en esta soledad, puedo examinarme detenidamente y lo reconozco: nada. ¿El físico?... sí: confieso que no soy fea, y aunque lo negase con ridícula modestia, ahí está mi historia, para probar que he gustado mucho.
Pero don Víctor trataba principalmente de que le eligiesen segundo vicepresidente y reclamaba para Frígilis la primera secretaría. «Frígilis había jurado renunciarla, pero no importaba; de todas suertes la elección era una honra para ellos, aunque lo negase el sarraceno de Tomás». Quintanar contaba con el gobernador. Salió.
No había ejemplo de que ninguna hembra vasca, por alta que fuese su posición social, se negase á este honor. Aresti había visto á señoras de la rancia nobleza admitiendo el aurresku con campesinos y marineros. Era una danza ceremoniosa y parca en los contactos; el hombre y la mujer apenas si en las diversas figuras se tocaban las puntas de los dedos.
Al mismo tiempo empezó á brillar en sus ojos la firme decisión de no decir palabra de su gravísimo asunto al hombre de sotana que tenía cerca y de marcharse al instante de aquel sitio. Se había equivocado. Allí no encontró el salvador que buscaba. Todavía, no obstante, permaneció clavado en la silla como si el cuerpo se negase á obedecer las órdenes apremiantes del espíritu.
Si yo concediese que el todo es mayor que su parte, y luego negase esta propiedad, entonces incurriría en contradiccion haciendo un todo que segun mis principios no seria todo; pero como ahora niego que el todo haya de ser mayor que su parte, debo negar tambien que deje de ser todo, por no ser mayor que su parte. Esto es lo único que se puede y debe hacer.
Palabra del Dia
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