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Actualizado: 23 de junio de 2025


Púsose don Quijote de mil colores, que sobre lo moreno le jaspeaban y se le parecían; los señores disimularon la risa, porque don Quijote no acabase de correrse, habiendo entendido la malicia de Sancho; y, por mudar de plática y hacer que Sancho no prosiguiese con otros disparates, preguntó la duquesa a don Quijote que qué nuevas tenía de la señora Dulcinea, y que si le había enviado aquellos días algunos presentes de gigantes o malandrines, pues no podía dejar de haber vencido muchos.

Pero conviene advertir, que para que una proposicion sea negativa, no basta que la partícula no afecte alguno de sus términos, sino que es preciso que afecte al verbo. «La ley no manda pagar.» «La ley manda no pagarLa primera es negativa, la segunda afirmativa; el sentido es muy diferente con solo mudar de lugar el no.

Al principio fué una divisa que adoptaron los entusiastas; mandóse después llevarlo a todos para que probase la uniformidad de la opinión. Se deseaba obedecer, pero al mudar de vestido se olvidaba. La policía vino en auxilio de la memoria.

8 Ahora, oh rey, confirma el edicto, y firma la escritura, para que no se pueda mudar, conforme a la ley de Media y de Persia, que no se quebranta. 9 Por esta causa el rey Darío firmó la escritura y el edicto.

¿Pero de qué me avisáis? Os aviso de que... debéis mudar de amigos. ¡De amigos! Porque los que os fingen amistad, os venden. Hablad más claro. Don Rodrigo... ¡Herido!... ¡medio muerto!... A causa de sus traidores enredos. Creo que érais muy amiga suya, Dorotea, y aun algo más que amiga. Pues ahí veréis: cuando yo de repente me vuelvo en contra de don Rodrigo, algo debe de haber.

Decir no dirás, pero hablar hablas sin saber lo que hablas.... Pensáis que no hay más que mudar y mudar y meter pillos.... Aquí se requiere honradez. Eso ya se sabe. Por de contado que ... Demasiado. Pues el que os oiga.... Y vamos acá.

Vos, hermano, idos a ser gobierno o ínsulo, y entonaos a vuestro gusto; que mi hija ni yo, por el siglo de mi madre, que no nos hemos de mudar un paso de nuestra aldea: la mujer honrada, la pierna quebrada, y en casa; y la doncella honesta, el hacer algo es su fiesta.

Miraba a los socios que leían como a gente de sospechosa probidad; les guardaba escasas consideraciones. No siempre que se le llamaba acudía, y solía negarse a mudar las plumas oxidadas. Alrededor de la mesa cabían doce personas. Pocas veces había tantos lectores, a no ser a la hora del correo. La mayor parte de los socios amantes del saber no leían más que noticias.

Hablando de cosas superficiales, no le faltaba cierta charla vivaz, semejante al trinar del jilguero; pero apenas se tocaban asuntos serios, creíase obligada, por su papel de niña elegante y casadera, a encogerse de hombros, hacer cuatro dengues y mudar de conversación.

; pero te lo dije como una suposición nada más replicó la astuta mujer con cierto despego, como si deseara mudar de conversación . te precipitaste al llevarle ese cuento. Se habrá volado. Hay que tener tacto, amiga mía, y no herir el amor propio de los hombres. Ya debías suponer que le sabría mal.

Palabra del Dia

irrascible

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