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Actualizado: 15 de mayo de 2025


Despertaban curiosidad en los grupos de muchachas los vestidos y sombreros de toda aquella muchedumbre elegante, libre, en la cual había algunas, justo es decirlo, que habían pecado mucho más, pero muchísimo más que la peor de las que allí estaban encerradas. Manolita no dejó de hacer al oído de su amiga esta observación picante.

En sus curatos dio los mayores ejemplos de celo y piedad; su virtud y literatura hiciéronle digno de la Abadía de San Victorian en 1612, con cuyo carácter fue diputado del Reino de Aragón en 1620, y luego fue elegido Obispo de Barbastro y tomó posesión en 19 de Noviembre de 1622, en que fue trasladado a la Silla de Teruel, habiendo renunciado antes los Obispados de Orihuela, Lérida y Mallorca: en 18 de Agosto de 1635 y después de gobernar su Obispado por espacio de diez años, fue promovido a la Metropolitana de Zaragoza de la que tomó posesión en 1.º de Marzo de 1635: en todos los Obispados manifestó el caudal de su doctrina, su celo en la reforma de costumbres, e hizo brillar su paciencia en algunas persecuciones que padeció; su humildad se insinuaba en su trato que se llevaba tras de el respeto y la admiración de las gentes; en sus frecuentes visitas diocesanas dejó decretos muy edificantes y empleó sus rentas en el socorro de los pobres; cincuenta de estos asistieron en Teruel a su mesa el día y octava de su cumple-años el primer año de su Obispado en la misma ciudad: dejó fundaciones piadosas en la Iglesia de su patria; renovó la capilla de N.ª S.ª de la Blanca en la Metropolitana del Salvador de Zaragoza; dotó las cátedras de Filosofía y Teología en su Universidad; dio a conocer su literatura en los dos tomos que escribió con el título de Mensa Eucharistica paraneticis excursionibus illustrata, y en otras diferentes obras y sermones que se hallan impresos: su oratoria sagrada es digna de compararse con la de los Santos Padres de la Iglesia y sus sermones eran tan frecuentes que en ocasión de haber enfermado de gravedad en Teruel el orador cuaresmero, predicó él en días alternados, llamando tanto la atención que la Catedral el día de sermon llenábase de oyentes de la población y de fuera, que se disputaban la entrada por colocarse donde poder oírle mejor: otra vez en la Iglesia del Hospital de Zaragoza faltó también el orador de cuaresma a consecuencia de haber tenido que salir de la ciudad por muerte de su madre y una hermana; con este motivo el ilustrado paisano y Obispo de que hablamos, predicó todos los días con el mayor fruto, siendo la admiración de todos los zaragozanos, quienes le regalaron un precioso terno: también los teruelanos le hicieron regalo de un anillo de muchísimo valor, pero él pidió permiso para venderlo y su producto fue repartido entre los mendigos, quienes le dieron el honroso dictado de El Obispo de los pobres.

, señor; hoy algo que no sabía ayer... que me importa muchísimo ¡ya lo creo! más que la vida.... Pero, si usted no habla más claro, yo no si debo... si puedo.... Ahora, ; ahora ya puedo hablar más claro. Una persona... decía usted....

Tal vez en lo futuro lo haga así, sin obstinarse en producir extraordinarios efectos contristando más de lo justo el ánimo de sus lectores. Muchísimo, en mi sentir, ganará con esto el Sr. Ortiz de Pinedo.

Se lo agradezco a usted muchísimo. Y su pálida faz se coloreaba ligeramente, como blanca nube matutina herida por el primer rayo del sol. Hacía mucho tiempo que no creía en Dios, y un día, como hubieran llevado a casa de la condesa unos iconos, cometió con uno de ellos un horroroso sacrilegio. Con este motivo, se cayó en la cuenta de que había perdido el juicio.

Luego añadió bajando la voz: Yo estimo mucho, muchísimo a mi marido, pero... francamente no le quiero, ¿por qué no he de decirlo?

¡Ah, tía Silda, que buena es usted! yo sin conocerla, siempre me la había figurado así... Yo soy Susana, su sobrinita, que tanto la quiere, porque yo la quiero, tía Silda, mucho, muchísimo; ¡qué alegre estoy! la veo aquí y no lo creo... Es Dios mismo quien le ha inspirado este paso, y su corazón bondadoso: yo siempre rogaba por usted y por el tío Pablo, y pedía en todas mis oraciones que la reconciliación se hiciera, porque no había razón, no había razón... ¿Vendrá también el tío Pablo? hoy es día de fiesta para , y eso que debiera estar triste, porque, ¿ve usted tía? estamos de mudanza, los muebles van al remate y nosotros al Frigal... pobres como usted, tía Silda, pobres, después de haber tenido tanto.

¡Es maravilloso! exclamó Hans . Y ahora dime, querido tío: ¿son tan excelentes como dicen los chinos estos moluscos? Tienen un sabor parecido a los calamares; pero son muy duros, y para comerlos se necesitan muy buenos dientes, porque son elásticos como la goma. A los chinos, malayos y cochinchinos les gustan muchísimo; pero nosotros los europeos preferimos otros pescados más finos y sabrosos.

Hacía muchísimo tiempo que doña Lupe no había visto al chico tan despejado, con tanto reposo en el espíritu y el ánimo tan dispuesto a la alegría, señales todas de reparación indudable. «Si no dudo que estés bien... Cierto que ya quisieran muchos... Yo me alegro infinito de verte así, y le pido a Dios que te conserve». Crea usted que seguiré lo mismo.

En cuantas historias conozco de hombres que para medrar o para divertirse y holgarse se han dado al diablo, el diablo figura después constantemente al lado de ellos como ayudante o espolique, y no has de ser menos aunque distes muchísimo de haberte dado al diablo. Tendrás, pues, escudero, aunque natural y humano.

Palabra del Dia

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