Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 17 de junio de 2025
Catorce cruces iguales a la que cerca de Stein estaba, se seguían de distancia en distancia, hasta la última, que se alzaba en medio de la plaza haciendo frente a la iglesia. Era esto la via crucis. Momo volvió, pero no volvía solo. Venía en su compañía un señor de edad, alto, seco, flaco y tieso como un cirio.
Para impedir su total destrucción, Manuel, ayudado por Momo, lo había sujetado con el peso de algunos cantos traídos de las ruinas. «Ya que no quieras albergar más a tu dueño le decía Manuel , aguarda al menos a que muera, para hundirte.»
Pero ya ve usted respondió Momo que no está en manos del Señor, sino a sus pies, como ofrenda. Y ¿con qué motivo? preguntó Stein. Don Federico dijo Momo abriendo tantos ojos , todo el mundo sabe eso. ¡Y usted no lo sabe! ¿Has olvidado que soy forastero? replicó Stein. Es verdad repuso Momo ; pues se lo diré a su merced.
Momo miró a María con toda la despreciativa dignidad compatible con su tuerta cara, y dijo en voz profunda y tono concluyente, alzando y bajando alternativamente el dedo índice: ¡Gaviota fuiste, Gaviota eres, Gaviota serás! Y le volvió arrogantemente la espalda.
Solamente en tus entendederas, que son tan romas como tus narices, cabe el haber creído que una representación era una realidad. ¡Representación! repuso Momo . Siempre dices que aquello era fingido.
Esta mañana la muchacha tenía un buen calenturón; no toma alimento y la tos no la deja un instante. ¿Qué está usted diciendo, señor? exclamó la tía María . ¡Don Federico!, usted que ha hecho tan buenas curas, que le ha sacado un lobanillo a fray Gabriel y enderezado la vista a Momo, ¿no podría usted hacer algo por esa pobre criatura? Con mucho gusto respondió Stein.
Eres un desvergonzado dijo la tía María a su nieto ; tienes más hiel en tu corazón, que buena sangre en tus venas: ¡a las faldas se las respeta, ganso! Pero en todo el lugar hay otro más díscolo ni más desamoretado que tú. ¡Como está usted hecha a la finura de esa pilla de playa respondió Momo , que me ha puesto las orejas como usted las ve, le parecen a usted los demás bastos!
Al día siguiente, caminaba la tía María hacia la habitación de la enferma, en compañía de Stein y de Momo, escudero pedestre de su abuela, la cual iba montada en la formal Golondrina, que siempre servicial, mansa y dócil, caminaba derecha, con la cabeza caída y las orejas gachas, sin hacer un solo movimiento espontáneo, excepto si se encontraba con un cardo, su homónimo, al alcance de su hocico.
¿Ha caído enfermo alguno de la familia? preguntó Stein asustado. No respondió Momo ; es Usía que le dicen su Esencia, que estaba cazando en el coto jabalíes y venados, con sus amigos, y, al saltar un barranco, resbaló el caballo y los dos cayeron en él. El caballo reventó y la Esencia se ha quebrado cuantos huesos tiene su cuerpo.
Los muchachos corrieron hacia Momo, quien de un golpe vació las alforjas, y de ellas salieron, como de un cuerno de la Abundancia, largas cáfilas de frutas de invierno, con las que se suele festejar en España la víspera de Todos Santos: nueces, castañas, granadas, batatas, etc. Si Marisalada nos trajera mañana algún pescado dijo la mayor de las muchachas , tendríamos jolgorio.
Palabra del Dia
Otros Mirando