Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 28 de mayo de 2025


Ella parecía también que se bastaba a si misma, comiendo y callando, dirigiendo sus ojos, ribeteados de encarnado, al que llevase la palabra, por encima de las gafas ahumadas. La sobrina tampoco reparaba en ella, y cuando alguna vez se veía obligada a alargarle algún objeto, lo hacía sin mirarle a la cara.

Elenita sostenía que su tío no sudaba agua como los demás, sino café con leche; y como todos los ojos se volvían, sonrientes, a mirarle, el buen señor no podía ocultar su despecho. Cada cual comenzó a hablar con los que tenía al lado. Isabel y Villa empeñaron una conversación animada. La de Enríquez y su novio, lo mismo.

Lo único que hizo fué dar algunos mordiscos al pan y al apetitoso queso que llevaba de repuesto. Por aquella parte del camino se cruzó el viajero con buen número de personas. Vió primero á dos frailes dominicos de negros hábitos, que pasaron sin mirarle siquiera, fija la vista en el suelo y murmurando sus oraciones.

Es un susto puramente moral. ¡Bueno! exclamó en actitud vacilante, sonriendo también. No qué será... Voy a concluir. En los breves instantes que duró la operación tuvo tiempo a perder todo el valor que había mostrado. De suerte que cuando D.ª Carolina se bajó de la silla, con la misma ligereza que una niña, y se volvió, encontrose con un hombre desencajado, tembloroso, que daba pena mirarle.

Mas como a los españoles poco les basta para entretener y sufrir mucho trabajo, con aquella gota pasó como pudo hasta el fin de la comida, habiéndonos todos los pajes conjurado de no mirarle a la cara en cuanto comiese, porque no volviese con señas a pedirlo y nos obligase a darle; mas él supo mucho, que cuando satisfizo el estómago de viandas, y servían los postres, volvió a decir: "Con licencia de vuestra señoría voy a beber", y levantándose de la silla fuese al aparador, y en el vaso mayor que halló echó vino y agua lo que le pareció; y satisfecha la sed, quitándose la gorra y haciendo una reverencia, salió de la sala y se fué sin hablar otra palabra.

Yo estaba en vilo, creía soñar... No me cansaba de mirarle, de escuchar su voz querida y de sentir mi mano estrechada por las suyas. Sin embargo, el recuerdo de aquélla que él había amado me trabajaba el espíritu, y me turbaba mi júbilo, pero con todo no me atrevía a nombrársela. ¿Sabe mi tío, que estáis aquí, Pablo?

Mi deber es pregonar la verdad sin temor a las ofensas. El caballero volvió a mirarle esta vez con una benevolencia compasiva, y acercándose a él y poniéndole una mano sobre el hombro, le preguntó sonriendo: Vamos a ver, señor cura, si usted fuera Dios, ¿haría un mundo tan perverso como éste? Esa pregunta más parece una burla... respondió con señales de tristeza y disgusto el clérigo.

Iba con gran desenfado mirando a las ventanas y haciendo cortesías a los que dejaban sus oficios por mirarle; hízose dos veces los bigotes; mandaba descansar a los confesores y íbales alabando lo que decían bueno.

Como el otro, después de haber comido bien, insistiera en aquellas ideas, á D. Francisco se le pasaron ganas de darle un par de trompadas, destruyendo en un punto el perfil más enérgico que dibujara Miguel Ángel. Pero no hizo más que mirarle con ojos terroríficos, y el otro se asustó y puso punto en sus teologías.

Se puede decir, señores, que el cielo le ha dotado de sus más preciosos dones, la estatura, el andar, la expresión... ¡Oh! la expresión... Pero juzguen ustedes mismos. Entregó el retrato á Tragomer, que le cogió con verdadera ansiedad. Vaciló antes de mirarle; una ojeada iba á decidirlo todo.

Palabra del Dia

hociquea

Otros Mirando