United States or Tunisia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Al través de los cristales sucios percibíase la figura rígida de algún santo con nimbo de metal o el rostro sombrío y angustiado de un Eccehomo. Era demasiado temprano para que hubiese mucha gente.

Pero ni aun estos hundimientos tienen tanta importancia como las rugosidades en la historia de la tierra y en la de las montañas que forman sus asperezas exteriores. Sometidas á lentas presiones seculares, la roca, la arcilla, las capas de asperón, las venas de metal, todo se arruga lo mismo que una tela, y los pliegues que así nacen forman montes y valles.

Sean las substancias componentes tres por ejemplo, que llamaremos A B C: digo que este conjunto no puede pensar. Para demostrarlo hasta la última evidencia, tomemos este juicio: el metal es cuerpo; y veamos si es posible que el conjunto de A B C forme dicho juicio.

Era el escritorio una pieza reducidísima, tan obscura, que había sido necesario abrir una claraboya; las paredes cubiertas de un papel de ramos dorados, que la humedad había deslustrado y dejaba colgar en jirones; sin más muebles que dos mesas de patas largas, con sus bancos correspondientes, un sofá y cuatro sillas sueltas; una mampara de pino pintado cubría la puerta de calle, y al exterior, a ambos lados de esta puerta, se veían dos planchas de metal, que nunca se limpiaban, con este letrero: Esteven y C.ª Comisionistas.

Puede distinguirse entre la verdad de la cosa y la verdad del entendimiento: la primera, que es la cosa misma, se podrá llamar objetiva; la segunda, que es la conformidad del entendimiento con la cosa, se apellidará formal, ó subjetiva. El oro es metal, independientemente de nuestro conocimiento; aquí una verdad objetiva.

¡El Laudes! gritó Celedonio , toca, que avisan. Y Bismarck empuñó el cordel y azotó el metal con la porra del formidable badajo.

Tomás de Aquino, como en la segunda de aquellas quedaron autorizadas las religiosas para sacar otras imágenes de su mayor devoción, aumentaron el número de pasos, con los de la Virgen del Rosario, nuestra Señora de la Montaña, San Vicente Ferrer, Santa Rosa, ofreciendo también á la pública veneración otro en que se mostraba, sobre rica bandeja de plata, la cabeza del mártir San Laureano, hecha del mismo rico metal.

Enfrente de este portal clásico había una puertecilla, y por los dos yelmos de Mambrino, labrados en finísimo metal del Alcaraz y suspendidos á un lado y otro, se venía en conocimiento de que aquello era una barbería.

Cerca de una hora hacía que la conversación giraba alrededor de este asunto, y ya comenzaba á interpretarse de diversos modos la ausencia del recién venido, á quien uno de los presentes, antiguo compañero suyo de colegio, había citado para el Zocodover, cuando en una de las boca-calles de la plaza apareció al fin nuestro bizarro capitán despojado de su ancho capotón de guerra, luciendo un gran casco de metal con penacho de plumas blancas, una casaca azul turquí con vueltas rojas y un magnífico mandoble con vaina de acero, que resonaba arrastrándose al compás de sus marciales pasos y del golpe seco y agudo de sus espuelas de oro.

Siguen al estandarte sus vanderas De gallardos alfereces llevadas, Honrosas por no estar todas enteras. Las cajas á lo belico templadas Al milite mas tardo vuelven presto, De voces de metal acompañadas. Y porque mas se turbe, y mas se asombre El enemigo desigual y fiero Llegó el gran BIEDMA de inmortal renombre.