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Actualizado: 29 de mayo de 2025
Doña Bernarda mostrábase más tranquila al verle libre de la maléfica influencia de la artista, pero sin abandonar por esto su gesto ceñudo, como avisada por el instinto maternal que aún presentía el peligro. El joven estaba agitado por la impaciencia de la fuga.
Y no crea usted; ¡hay tanta envidiosona...! Dejando que pasara la racha de entusiasmo maternal, Ballester continuó así: «Pero lo que la pasmará a usted es saber que el amigo Maxi está tan mejorado, pero tan mejorado, que si le ve usted no le conoce». ¿Pero es de verdad?... Quia: guasas de usted. No hija. Siempre que ocurre en la casa o en la vecindad algo difícil de resolver, se le consulta a él.
En todo su aspecto sucio y desvalido se notaba la falta absoluta de un poco de cuidado maternal. Esos cuatro idiotas, sin embargo, habían sido un día el encanto de sus padres.
Hoy que yaces envuelta en la inocencia Y no puede abarcar tu inteligencia Lo que es la maternal contemplacion. Entenderás la voz del sentimiento Que inoculada en mi amoroso aliento Descenderá á tu puro corazon.
Al calor maternal de aquella bondadosa señora, su corazón de hielo se había derretido. La esencia divina del amor penetró donde, hasta entonces, sólo había entrado la esencia de Satanás. Fué un verdadero milagro.
Pero hay que oírla murmuré con una fantástica visión en el corazón y en los ojos. ¡Bah! habría de ser sorda para no oír, al menos, las campanadas de una parte... Es verdad... pero con algodón en los oídos... ¿Tiene usted algodón ahora? me preguntó la de Ribert, con una sonrisa enteramente maternal. No respondí, ruborizándome; al menos para lo que viene de Bellefontaine...
Otros síntomas percibió que le acaloraron la fantasía, dándole no poco en qué cavilar. Nucha mostraba vehemente exaltación del cariño maternal de algún tiempo a esta parte. Apenas se separaba de la chiquita cuando, desasosegada e inquieta, salía a buscarla a ver qué le sucedía.
Madre y esposa, veo en tus miradas, Que buscas en sus olas agitadas Al hijo que en su fondo viste ahogar. Te diré donde está: bajo una losa Su blando cuerpo trémulo reposa, Tibio aun con tu calor. ¡Blanca flor que cayó de tu guirnalda Y que al bajar á la maternal falda Llevó marchita el viento del dolor! ¿Quiéres sentir su espíritu invisible?
Pase usted, caballero le decía. Necesitan reponerse después de esta locura. Están ustedes mojados... ¡pobres! ¡cómo van!... ¡Beppa!... ¡tía! Pero pase usted. Y casi le empujaba, con cierta superioridad maternal; como una mujer bondadosa que cuida a su hijo después de una travesura que le llena de orgullo. Las habitaciones estaban en desorden.
Mientras ella le prendía la cruz al uniforme, Carlos, conmovido por aquel pensamiento delicado que le unía más estrechamente aún a su familia de adopción, atrajo hacia la suya aquella querida cara. ¡Oh! tía Liette, ¿cómo agradeceré jamás lo que has hecho por mí?... Siendo feliz, hijo mío respondió Liette con una sonrisa tiernamente maternal.
Palabra del Dia
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