Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 4 de mayo de 2025
Hay que vengarse, perdiéndoos a todos y arrastrándoos a la ignominia. Nosotras nos vengamos con nosotras mismas. «Isidora, Isidora le dijo Augusto con profunda pena : valdría mil veces más que te murieras. No pienso en tal cosa... Te diré. Cuando estaba en la cárcel quise matarme. La vida me pesaba como un sombrero de plomo.
Y ocurrió entonces que, al divulgarse el fallecimiento, se hizo público un documento que había escrito y firmado de su puño don Rodrigo el día después de haber dado muerte al de Teba, en el cual confesaba ser falsa la suposición de haber sido llamado á engaño á casa del Asistente, documento que él mismo ordenó que no se diese á conocer hasta ocurrir su muerte, y en el cual se decía: «Yo D. Rodrigo de Zárate, por descargo de mi conciencia, digo: Que aunque en la confesión que se me tomó dije, que el conde de Palma y otras personas me llevaron engañosamente á matarme, con título de amistad entre mí y el conde de Teba, y yo vine á ello.
Está ahí mi caballo overo en San Filipe, y es desbocado en la carrera y trotón. Dije cómo yo le corría y hacía parar; dijeron que allí estaba uno en que no lo haría, y era éste de este licenciado. Quise probarlo. No se puede creer qué duro es de caderas, y con mala silla fue milagro no matarme. -Sí fue -dijo don Diego-; y con todo parece que se siente V. Md. de esa pierna.
Corrióse tanto el hombre, que dio a correr tras mí con un cuchillo desnudo para matarme; de suerte que fue forzoso meterme huyendo en casa de mi maestro, dando gritos. Entró el hombre tras mí, y defendióme el maestro, asegurando que no me matase, asegurándole de castigarme.
SANCHO. ¡Ay, que me muero de amor Y estoy rabiando de celos! Salen DON TELLO y ELVIRA. ELVIRA. ¿De qué sirve atormentarme, Tello, con tanto rigor? ¿Tú no ves que tengo honor, Y que es cansarte y cansarme? D. TELL. Basta, que das en matarme Con ser tan áspera y dura. ELVIRA. Volverme, Tello, procura A mi esposo. D. TELL. No es tu esposo; Ni un villano, aunque dichoso, Digno de tanta hermosura.
Y voy a decirle a mi tía que necesito tomar una criada. Una chiquilla modosa y dispuestilla, así como Papitos, me vendría muy bien. ¡Sola todo el día en esta jaula!... ¡Ah!, gracias a Dios; ya siento el llavín de mi tía, que entra. ¿Será ella o será alguno que le ha quitado el llavín y viene a matarme?... Tía, tía, ¿es usted?». Yo soy, ¿qué se te ocurre?... Nada; ya estoy tranquila.
De Cartama iba a Coín, Breve jornada, aunque alargue Siempre la tierra el deseo Poniendo montes y mares; Iba, el más alegre moro Que vió Granada, a casarme Con mi señora Jarifa, Que ya en su vida me aguarde. Véome preso y herido, Y lo que siento es que pase De mi bien la coyuntura. Déjame agora matarme.
Ferragut volvería á tierra, aposentándose en el mismo albergo. Continuarían su vida de antes, como si nada hubiese ocurrido. Esta tarde me esperarás en los jardines de la Villa Nazionale... Sí, allí donde quisiste matarme, ¡bandido!...
AZUCENA. He orado por ti toda la noche; es lo único que puedo hacer ya. MANRIQUE. Descansad un momento. AZUCENA. Yo quisiera escaparme de aquí, porque me sofoca el aire que aquí respiro... porque van a matarme. Pero tú me defenderás, tú no consentirás que te roben a tu madre. MANRIQUE. ¡Gran Dios! AZUCENA. Pero estoy afligiéndote, ¿es verdad? MANRIQUE. No; decid, decid lo que queráis.
Palabra del Dia
Otros Mirando