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Actualizado: 4 de noviembre de 2025


El Sábado lo particular que hay es que a la puerta de la iglesia hacen una grande hoguera encendida con la nueva luz, de la que cada uno lleva a su casa un tizón para hacer fuego, y también llevan agua de la que se bendice ese día.

Estos praos o paraos suelen ser, generalmente, lanchas afiladas que navegan a vela y a remo, y llevan varios hombres armados con fusiles; la mayoría tienen cobertizos de esteras, pero hay algunos de estos praos grandes, de tres palos, que llevan una toldilla sólida con cristales y están defendidos con una porción de cañones.

Con efecto: se les despierta temprano, se les lava, se les viste y pone encima todo lo nuevo, caro y precioso que tienen, botines de seda, enormes sombreros, trajes de lana, de seda ó de terciopelo sin dejar cuatro ó cinco escapularios pequeños que llevan el evangelio de S. Juan, y así cargados los llevan á la misa mayor que dura casi una hora, se les obliga á sufrir el calor y el vaho de tanta gente apiñada y sudorosa, y si no les hacen rezar el rosario tienen que estar quietos, aburrirse ó dormir.

Todos, como Andrés, van á América buscando la fortuna; todos van, como él, poco más que á merced de la casualidad.... Seamos exactos: muchos de ellos no llevan ni siquiera una carta como la de don Damián. De todos los que acompañan á Andrés, acaso no encuentre uno solo lo que va buscando; quizá todos ellos contemplen por la última vez de su vida la tierra sobre que han nacido.

Don Gil de Albornoz: primera parte. Ventura y atrevimiento. La ventura en la desgracia. La defensa en la verdad. De las comedias manuscritas de Lope, que conozco, copio á continuación las que llevan la fecha en que se escribieron, ó existen autógrafas de Lope, ó son copias fidedignas de otras, también autógrafas. El favor agradecido, tragicomedia autógrafa, propia de Durán.

Y lo más notable del caso es que a cada escapatoria se representaba la misma comedia y con igual aparato. La mujer se marcha, el marido llora que se las pela, vuelve ella, consuélase él. Y siempre se la llevan, y siempre la recobra. ¡Ya ve usted si necesita tener paciencia ese marido!

Advierta, mal haya yo, que aquélla es procesión de diciplinantes, y que aquella señora que llevan sobre la peana es la imagen benditísima de la Virgen sin mancilla; mire, señor, lo que hace, que por esta vez se puede decir que no es lo que sabe.

Los nombres de las señoras más lindas y elegantes se me borran de la memoria no bien tomo la pluma, y sólo decir que me gustan, lo cual es muy sujetivo, sin atinar a describir los trajes que llevan, los diamantes que fulguran en sus cabezas airosas, las perlas que ciñen lascivas sus desnudas gargantas, y todo aquello, en suma, que las determina y diferencia.

En El más valiente andaluz se describen las temibles soledades de las montañas y la vida sanguinaria, que en ellas llevan las bandas de ladrones, con tanta y tan horrible verdad, y con tanta sublimidad y grandeza, que encubren lo antipático de tales argumentos y hasta logran, en cierto grado, mover nuestras simpatías; su valor y su magnanimidad, y el influjo de las causas, que los han impulsado á dirigir sus armas contra la sociedad y sus autoridades, son tan notables, que nos obligan momentáneamente á declararnos en su favor y á disculpar la sangrienta venganza, á que los fuerzan los asesinatos de sus amigos y parientes; ¡tanta es la maestría con que traza la vida de los bandidos, su valor casi sobrenatural y la resistencia que hacen á la muchedumbre de sus perseguidores!

-No digo eso -respondió Sancho-, sino que es gente que, por sus delitos, va condenada a servir al rey en las galeras de por fuerza. -En resolución -replicó don Quijote-, comoquiera que ello sea, esta gente, aunque los llevan, van de por fuerza, y no de su voluntad. -Así es -dijo Sancho.

Palabra del Dia

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