Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 3 de junio de 2025
Tragomer apoyó la mano en el hombro de su amigo. Tienes dos meses delante de ti para entrar de nuevo en posesión de ti mismo. Nuestro viaje va á ser por eso convenientísimo. Poco á poco volverás á tus costumbres de dignidad y cuando llegues á Europa serás el Jacobo de otro tiempo. Por la frente de Freneuse pasó una sombra. ¡Jamás!, dijo. El Jacobo de otro tiempo ha muerto.
Oye, roto; vas á ir á todo galope á la estación. El tren para Buenos Aires pasará antes de dos horas, y es preciso que no lo pierdas. El Fraile, siempre impasible y sonriente, no pudo reprimir un gesto de asombro al enterarse de que lo enviaban á Buenos Aires. Cuando llegues allá continuó Pirovani , entregarás esta lista á don Fernando, mi representante. Tú lo conoces.
Octubre, 1915. Bisayo. Vive consagrado a la política. Estampó en Manila , una colección de poesías: Horas de luz. Mira: yo sufro, y yo lloro, pues bien puede suceder que no llegues a entender lo mucho que yo te adoro. Si tu corazón de oro el Sol de mi amor no advierte, déjame que lo despierte de su letargo profundo, para que viva en el mundo junto al mío hasta la muerte.
La maldicion del mundo eternamente En tu oido resuene noche y dia, Y las furias con látigo crujiente Te precipiten á la tumba fria! Que por las furias siempre perseguido Llegues á la mansion de Satanás, Y al darte abrazo estrecho, estremecido, Dedos ardientes sientas por detrás.
Tú pasarás por donde la difunta Correa, ¿no es eso, hermano?... Pues bien; cuando llegues á su sepultura, le dejas bajo la piedra estos treinta pesos. Ella me dió ocho y unos centavos, pero hay que ser rumboso con los que nos favorecen, y además la pobre tal vez está necesitada de misas.
Cierta noche, al despedirse á la puerta, Demetria entregó al mancebo un pequeño envoltorio de papel y le dijo con voz temblorosa: Toma; pero júrame que no has de abrirlo antes que llegues á la Braña. Nolo juró y cumplió su juramento. Llega á su casa media hora antes, sube á su cuarto, enciende el candil y abre el envoltorio.
«¡Oh!, tú que conduces los camellos hacia el lugar del amado, cuando llegues al sepulcro del natural de Tehama, del más excelente de los hombres, del alto, del amoroso, salúdalo de la mi parte, pues él sabe el remedio de mi sufrencia; y cuando admires los clarores de la tierra de Neched, haz presente el recordamiento de mi pasión, pues no hay para mi otro quibla que el sepulcro del profeta.»
Ya esta composición marca un progreso sobre la primera, la tercera será mejor que la segunda, la cuarta que la tercera, la quinta que la cuarta, la sexta que la quinta, y así de seguido... hasta que llegues a la obra maestra.
No puedes negar su sangre: mujeriego, amigo de las perdidas, capaz por una cualquiera de comprometer la suerte de la casa... ¡Y yo, grandísima tonta, trabajando por ellos! ¡olvidando la salvación de mi alma, para lograr que llegues donde no llegó tu padre!... ¡Y cómo me lo agradeces!... ¡Lo mismo que aquél! con un disgusto a cada momento.
Cuando llegues a donde yo creo que tienes derecho a llegar, ¿qué seré para ti?... Una vieja que ha cometido la insensatez de amarte. Una pobre mujer enamorada ridículamente... ¡Alto, querida! Te anuncio que ya estoy enternecido.
Palabra del Dia
Otros Mirando