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Actualizado: 19 de junio de 2025


Necesario era, en tales casos, que se presentasen figuradamente á la vista del público aquellos objetos, que en otra obra se hubiesen omitido, contando siempre con la perspicacia de los asistentes á la representación, y que se llamasen Comedias de teatro las que se distinguían por su aparato escénico, superior al ordinario de los tapices, y que demandaban más riqueza y variedad en los trajes.

Quintanar, en cambio, le abría los brazos y le estrechaba con efusión, cada día más enamorado, como él decía, de aquel hermoso figurín: ¡qué arrogante primer galán en comedia de costumbres haría el dignísimo don Álvaro! Pero ya que las tablas no le llamasen ¿por qué no se hacía diputado a Cortes?

Da el rio muchas vueltas de N á S por campos abiertos. A la parte del N salieron 12 indios con tu ladino: díles tabaco y bizcocho, y todo era preguntar ¿donde parábamos aquella noche? Siguiéronnos, ocultándose á trechos mas de dos leguas, y habiendo encontrado á la parte del S dos indios de la rancheria de Josengo, les dije lo llamasen.

Vino a París un hombre atrevido y ambicioso, vio que los franceses vivían sin unión, y cuando llegó de ganarles todas las batallas a los enemigos, mandó que lo llamasen emperador, y gobernó a Francia como un tirano. Pero los nobles ya no volvieron a sus tierras. Aquel rey del oro y la seda, ya no volvió nunca. La gente de trabajo se repartió las tierras de los nobles y las del rey.

No podía mirar a cualquier parte sin que me llamasen con la mano o los labios, haciéndome alguna vez muecas groseras y obscenas. A duras penas el miedo del inspector y la maestra las retenía. Si me fijaba en alguna más linda que las otras al instante me clavaba sus grandes ojos fieros y burlones, diciendo en voz alta: Atención, niñas, que ese señor viene por .

No pudo entretenerse en contar su tesoro, porque entró doña Lupe, dirigiéndose inmediatamente a la cocina. Maximiliano se paseaba en su cuarto esperando que le llamasen a comer, y hacía cálculos mentales sobre aquella desconocida suma que tanto le pesaba. «Mucho debe de ser, pero mucho calculaba ; porque en tal tiempo eché un dobloncito de cuatro, y en cual tiempo otro.

El pañero, con varios amigos y Champagne de a tres pesetas, solemnizaba un remate de subasta; el sastre obsequiaba a unos parientes, a estilo de su tierra, con manzanilla y aceitunas aliñadas que llamasen el apetito a honrar la cena, y los cuchareros disponían con gente amiga su modesto festejo, saliendo de rato en rato a la escalera y dando inútilmente grandes voces por que callasen varios chicos que, armados de tambores, parecían dispuestos a ensordecer al mundo.

A doquiera que llegaban, él se llevaba el precio y las apuestas de corredor y de saltar más que ninguno; jugaba a los bolos y a la pelota extremadamente; tiraba la barra con mucha fuerza y singular destreza; finalmente, en poco tiempo voló su fama por toda Extremadura, y no había lugar donde no se hablase de la gallarda disposición del gitano Andrés Caballero y de sus gracias y habilidades, y al par desta fama corría la de la hermosura de la Gitanilla, y no había villa, lugar ni aldea donde no los llamasen para regocijar las fiestas votivas suyas, o para otros particulares regocijos.

Estas y análogas majaderías se repetía mentalmente por vigésima vez, cuando sintiendo pasos tras la puerta de la escalera, abrió antes que llamasen. No se había equivocado: era Carola, que acababa de pasar de largo sin corresponder al saludo porteril. El estanquero recibió a su amada con un largo beso.

Á éste dijo D. Alvaro que contase hasta 250 ó 300 hombres y le avisase. Viendo que eran ya fuera hasta este número, mandó que le llamasen al Capitán Pedro Nicardo, de su tienda, que estaba allí junto, y diciéndole que era fuera á la marina, dijo que le dijesen á él y á un hermano suyo que no se apartasen dél un paso.

Palabra del Dia

rigoleto

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