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Actualizado: 15 de junio de 2025


Esta situación, desgraciada, no ha quitado nada á su orgullo, ni aumentado nada á su carácter: es alegre, igual, cortés; vive, no se sabe cómo, en su casita con una sirvienta, y halla aún medios para hacer muchas limosnas. La señora de Laroque y su hija profesan á su noble y pobre vecina, una pasión que las honra: en su casa es objeto de un respeto atento que confunde á la señora de Aubry.

El señor cura párroco era de los pocos que verdaderamente la comprendían, y así encontraba muy bien aquella amistad, y acaso daba gracias a Dios de que existiese, porque redundaba en bien de los pobres y de la iglesia, a quien doña Inés y don Andrés, puestos de acuerdo, hacían muchos presentes y limosnas.

Los hermanos que paseaban las calles para recoger las limosnas eran de los de más ánimos y presencia, pues había que tener ambas cosas para andar de noche por la ciudad en invierno y verano, expuestos á más de un percance y á las varias asechanzas y lances que entonces á cada paso se ofrecían.

Pero en los últimos tiempos, algunas limosnas harto crecidas de la duquesa le alarmaron un poco y le obligaron a reprenderla paternalmente. Acostumbrado a hallar a su mujer sometida, apartada de toda ambición, ajena enteramente al éxito de sus especulaciones, la trataba como a una niña, si no como a un perro fiel a quien de vez en cuando se pasa la mano por la cabeza.

Ellos al menos dan algo: reparten limosnas, tienen asilos, se ocupan del pobre y predican a los ricos para que socorran con dinero. Y los otros, que hablan en las reuniones sobre esos papas del socialismo y la anarquía, no dan ni un botón. ¡Qué han de dar, si son unos pelagatos!...

Con lo restante, como era económica y arreglada, tenía lo suficiente para vestirse, comprar algunos libros nuevos y hacer limosnas. El único lujo, el único regalo de doña Luz, era un magnífico caballo negro, en el cual solía ella salir a paseo con D. Acisclo o con un criado llamado Tomás, que había envejecido en el servicio de su padre. Don Acisclo estaba viudo hacía muchísimo tiempo.

Luego se añade: Las vigilias son para Dios, como tambien las oraciones y limosnas. ¡Salud y paz á ti, ó profeta de Dios! ¡Que la misericordia del Señor y su bendicion sean tambien contigo! ¡Salud y paz á nosotros y á todos los servidores de Dios justos y virtuosos! Confieso que no hay Dios sino Dios único: confieso que Mahoma es su servidor y su profeta.

El padre le daba poco dinero para los gastos de la casa, y como tenía el vicio de la caridad, de dar limosnas a troche y moche, había contraído deudas, que la mortificaban; sobre todo había una tendera a quien debía veinte duros, que la molestaba a todas horas y le amenazaba con decírselo a su papá. ¿No podría él facilitarle por poco tiempo esta cantidad?

¿Quién sabe, me digo yo a veces, si a pesar de las buenas obras de Pepita, de sus rezos, de su vida devota y recogida, de sus limosnas y de sus donativos para las iglesias, en todo lo cual se puede fundar el afecto que el padre vicario la profesa, no hay también un hechizo mundano, no hay algo de magia diabólica en este prestigio de que se rodea y con el cual emboba a este cándido padre vicario, y le lleva y le trae y le hace que no piense ni hable sino de ella a todo momento?

Así había vivido y así necesitaba seguir. El era el torero a la antigua, tal como se representan las gentes al matador de toros, rumboso, arrogante, aturdiéndose en escandalosos derroches, pronto a socorrer a los desgraciados con limosnas principescas, siempre que éstos consiguieran conmover su rudo sentimentalismo.

Palabra del Dia

rigoleto

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