Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 1 de julio de 2025
Paseándose un dia Cunegunda en los contornos de la quinta por un tallar que llamaban coto, por entre unas matas vio al doctor Panglós que estaba dando lecciones de física experimental á la doncella de labor de su madre, morenita muy graciosa, y no ménos dócil.
Juan se mostraba dócil, aprovechaba las lecciones, los consejos, y ponía tanto celo en sus estudios como en el trabajo de operario. La fábrica fue bien pronto la única ocupación personal de Juan: no la abandonaba sino para concurrir a los cursos de la noche.
El simpático viejo parecía contento; pero los achaques le pesaban cada día más, y ya en Abril no salía a la calle sino acompañado de un criado. En una de sus visitas habló a solas con su amiga, en términos tan paternales que a ella le faltó poco para llorar. Todo iba bien, perfectamente bien, y ya se habría convencido la chulita del valor de sus lecciones y consejos.
Deseaba hablar bien y ser persona fina y decente; pero ¡cuánto más aprovechadas las lecciones si el maestro fuera otro, sin aquella destiladera de nariz, sin aquella cara deslucida y muerta, sin aquel cuerpo que no parecía de carne, sino de cordilla!
Atención sostenida presté yo a estas y otras muchas razones del licenciado Lobo, el cual, para que nada faltara en su inexplicable benignidad y cortesanía, al tiempo de despedirme díjome que quizás pudiera proporcionarme algunas lecciones de latín, si me hallaba con ánimos, puesto que era tan gran humanista, de ganarme el pan con la enseñanza.
¡Oiga usted, mal clérigo! exclamó Quintanar, que estaba de muy buen humor y empezaba a sentirse rejuvenecido ; yo bien sé lo que me digo, y ni tú ni ningún calaverilla ochentón como tú me da a mí lecciones de moralidad. Pero yo soy liberal.... Pamplinas. Más liberal hoy que ayer, mañana más que hoy....
El muchacho estudiaba y quería cumplir con su deber; pero no podía ir más allá de sus alcances. Doña Lupe le ayudaba a estudiar las lecciones, animábale en sus desfallecimientos, y cuando le veía apurado y temeroso por la proximidad de los exámenes, se ponía la mantilla y se iba a hablar con los profesores. Tales cosas les decía, que el chico pasaba, aunque con malas notas.
¡Diantre! ¿Y de dónde lo has sacado? Un joven farmacéutico, del que había recibido lecciones de baile, y al que había trastornado la cabeza, le había hecho una vez ese encantador regalo... ¿Y te ibas a beber eso, perra?
No pido otra cosa, Héctor respondió más dulcemente la condesa, pero tu asiduidad a las lecciones de miss Dodson hacen murmurar. Raúl está siempre presente; no falta a una lección. ¿También tú lo has notado? dijo vivamente la madre. Sin duda, pero eso no prueba que se ocupe más que yo de esa pobre miss... ¡Oh! no es la miss la que me alarma por él. ¿Qué quieres decir?
Ya hablaremos de esto más adelante. Siéntese en ese sillón, porque tenemos que decirnos muchas cosas. DORA. ¿Usted qué sabe? JULIA. Hace poco tenía yo un presentimiento. Y pensaba: «Hay una señora Stowe, de Chicago, que vendrá a verme una de estas tardes para pedirme algunas lecciones.
Palabra del Dia
Otros Mirando