United States or Gambia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Pero ¿dónde están los barcos? preguntó Nieves. ¿Qué barcos, hija? Los del puerto. No veo ninguno. Eso es harina de otro costal... ¿No recuerdas lo que, a este propósito, te leí en Sevilla, de la carta de don Claudio? Es verdad: que no hay más que un vapor... cuando le hay. Pues ahora no está.

Lea estos papeles -me dijo-, por vida del licenciado, que no ha salido en campaña, ¡voto a Cristo!, hombre, ¡vive Dios!, tan señalado. Y decía verdad, porque lo estaba a puros golpes. Comenzó a sacar cañones de hoja de lata y a enseñarme papeles, que debían de ser de otro a quien había tomado el nombre. Yo los leí y dije mil cosas en su alabanza y que el Cid ni Bernardo no habían hecho lo que él.

Este modo de obrar en los jueces de la Inquisicion, revela que en ellos todo era pura hipocresía, porque al entregar los reos al brazo seglar, hacian como los sacerdotes de los judíos, que siendo los verdaderos causantes de la muerte del Salvador, respondieron á Poncio Pilatos, cuando este les instaba para que lo juzgasen segun su lei, que esta no les permitia dar muerte á ninguno.

Todos los poetas aquí nombrados abjuraron el judaismo, i no solo ellos, sino muchisimos de su lei; i esto no fue obra de la verdad i de la razon, sino del miedo á la plebe que dió en amotinarse contra las juderías para con capa de devocion i piedad, matar á sus habitadores i hacer mui buenas presas en sus haberes i haciendas.

A media noche dejé la pluma, y leí, y releí mi carta: seis pliegos escritos por las cuatro carillas. Presa de un desaliento inexplicable metí los pliegos en el sobre. No; no decían aquellas páginas lo que sentía mi corazón.

Esta es la fortaleza de las letras perfectas: i los dichos i obras que hicieron cerca de Dios para congregar los pueblos que vienen ante las puertas á oir la lei de Dios en esta casa.

De Gautet, Bersonín y Dechard están en Estrelsau; cualquiera de ellos, joven, lo degollaría a usted con tanto primor y gusto como... como lo haría yo con Miguel el Negro, por ejemplo, pero mucho más traidoramente. ¿Qué dice esa carta? La abrí y leí en alta voz: «Si el Rey desea saber nuevas de gran interés para él, le bastará seguir las indicaciones contenidas en esta carta.

En un paquete de cartas amarillas leí una firmada Juan. En ella se acusaba recibo de una cantidad no pequeña y se decía que enviaba su daguerrotipo, hecho por un fotógrafo de París. No cabía duda que la carta era de mi tío. Estaba escrita desde un pueblo de Bretaña y fechada diez años después de que en Lúzaro se celebrara el entierro.

Y la misma Marta me envidiaba, bien lo veía en los ojos tristes que fijaba en él y en ; habría deseado, para sacrificarlas a Roberto, toda la fuerza, toda la energía que me daba la juventud. La besé, traté de alentarla, y en la mirada suplicante que dirigió a su marido, leí este pensamiento: «Te doy todo lo que soy; perdona que sea tan poca cosa

Cuando los gobernantes imaginan que para conseguir sus designios todo es lícito, aunque sea contra todo órden, toda lei i toda costumbre, i llevan sus decretos puestos en la punta de la espada, los pueblos, dejándose vencer de la necesidad, se rinden á la violencia de las armas, guardando siempre en sus corazones el deseo de sacudir el yugo i el de vengar su cautiverio.