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Actualizado: 24 de junio de 2025


Enfin, dado han los cielos la sentencia De nuestro fin amargo y miserable, No nos quiere valer ya su clemencia. OTRO. Lloremos pues en son tan lamentable Nuestra desdicha, que en la edad postrera Dél y de nuestro esfuerzo siempre se hable. Marquino haga la experiencia entera De todo su saber, y sepa quanto Nos promete de mal la lastimera Suerte, que ha vuelto nuestra risa en llanto.

Al fin, la faz levantando, en su mirada infinita, avara, á Ataide abarcando, dijo, con voz inaudita, cual consigo misma hablando: ¡Maldita de Dios! ¡Maldita! Luégo, su voz lastimera resonó, vibrante, fiera, aterradora, sombría, cual rugido de pantera, que al temor se desespera de que la roben su cría.

Tal parecia como si escuchásemos el sublime, el inefable concierto del Sinay. Ya percibíamos la armonía de coros de voces infinitamente finas, infantiles, como si cantasen cien querubines invisibles desde las profundidades áereas de un mundo beatífico; ya sentíamos la queja lastimera, el gemido amante y profundo, el susurro vago, casi imperceptible, como un soplo del zéfiro.

Aplicó después su nariz chafada a la boca de la botella, diciendo con lastimera entonación: «No ha dejado más que el olor... ¡Bribonaza!, ya te daría yo bebida...». De la nariz de la coja pasó el cuerpo del delito a la de Sor Natividad y de esta a otras narices próximas, resultando, de la apreciación del tufo, mayor severidad en el comentario del crimen. «¡Qué asco!

Cuando se alejaron los muchachos para incorporarse al corro, discutiendo en voz baja el modo de repartirse los turnos, cesó el Cantó en su lastimera poesía, lanzando el último cacareo con voz dolorosa, que parecía desgarrar definitivamente su pobre garganta.

He aquí lo que les decía: ¡Eh! ¡Child, Bléed, Merweg, y , Sarimar, amigos míos, ya estamos otra vez reunidos! Volvéis gordos... ¡Se conoce que os han tratado bien en Alemania! ¿No? Luego, señalando hacia el desfiladero cubierto de nieve, añadió: ¿Os acordáis de la gran batalla? Uno de los lobos comenzó a aullar con voz lastimera; después, otro, y, por último, los cinco a la vez.

Es cosa de notar de aquesta gente En como á su muger ama el marido, Que ni hijos, ni padres, ni pariente En tanto tiene: y que ha sucedido Venir tras su muger muy diligente, Y dar en trueco un hijo muy querido El indio con tristeza lastimera, Por verse sin su dulce compañera.

Entregué la esquela a Sarto, en quien no hizo mella la súplica lastimera de la dama, limitándose a decir: Suya es la culpa. ¿Quién la llevó al castillo? Sin embargo, no considerándome yo enteramente irresponsable de lo ocurrido, resolví compadecerme de Antonieta de Maubán.

Mas al acercarse a Schirmeck el espectáculo era más doloroso aún; familias enteras huían en sus carromatos cargados de barriles de alimentos y muebles, con mujeres y niños que golpeaban a los caballos hasta acabar con ellos, y diciendo con voz lastimera: «Estamos perdidos; han entrado los cosacos

El guaranì se huelga en gran manera De verse emparentar con los cristianos: A cada cual le dan su compañera Los padres, y parìentes mas cercanos. ¡O lástima de ver muy lastimera, Que de aquestas mancebas los hermanos, A todos los que estan amancebados, Les llaman hoy en dia sus cuñados.

Palabra del Dia

rigoleto

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