Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 19 de junio de 2025


Porque una mañana, levantándose el triste en camisa, subió a lo alto de la casa a hacer sus menesteres, y en tanto yo, por salir de sospecha, desenvolvíle el jubón y las calzas que a la cabecera dejó, y hallé una bolsilla de terciopelo raso hecho cien dobleces y sin maldita la blanca ni señal que la hobiese tenido mucho tiempo.

El los vio quemar, los vio mirar con desprecio desde la hoguera a sus verdugos; y ya nunca se puso más que el jubón negro ni cargó caña de oro, como los otros licenciados ricos y regordetes, sino que se fue a consolar a los indios por el monte, sin más ayuda que su bastón de rama de árbol. Al monte se habían ido, a defenderse, cuantos indios de honor quedaban en la Española.

Quitó los rayos de la faz divina, Mostróse en calzas y en jubon vistoso, Porque dar gusto á todos determina. Seguiale detras un numeroso Esquadron de doncellas bailadoras, Aunque pequeñas, de ademan brioso. Supe poco despues, que estas señoras, Sanas las mas, las menos mal paradas. Las del tiempo y del sol eran las horas.

Dos mechones se desprendieron de los demás, vibrando en el aire cual doble serpiente. Anchos galones de plata recamaban la falda color zafiro, mientras la tela del jubón desaparecía bajo cuentas y canutillos, cota de abalorio cabrilleando sin cesar como el agua intranquila. La doncella levantó el rostro con los ojos entrecerrados, quedándose inmóvil un instante.

No os descorazonéis, buen hombre, dijo el doncel, que bien podréis trocar vuestro sayal por un jubón en el convento, cuando no tengáis más cerca algún conocido que os saque del paso. tengo, repuso el batanero.

Y las más veces son los pagamentos a largos plazos, y las más y las más ciertas, comido por servido. Ya cuando quieren reformar conciencia y satisfaceros vuestros sudores, sois librados en la recámara, en un sudado jubón o raída capa o sayo. Ya cuando asienta un hombre con un señor de título, todavía pasa su laceria. ¿Pues por ventura no hay en mi habilidad para servir y contestar a éstos?

Don Alonso llamó a su hija para que hiciese la reverencia a su pariente el señor Márquez de las Navas. Dos días después, Ramiro recibió de una vendedora de rosarios un favor de raso verde. Beatriz se lo enviaba. El no se atrevió a ponerlo en su gorra, como lo hacían otros galanes amartelados; pero decidió llevarlo consigo entre el jubón y la ropilla.

Otros levantaban la cabeza y sorbían el aire como camellos, libidinosamente. Sin preguntar el precio, arrojando sobre el tablero alguna moneda excesiva, Ramiro solía comprar un perfumado jubón para alguna mozuela, o zapatos infantiles con que después obsequiaba a las madres moriscas.

Español era él también, y su padre, y su madre; pero él no salía por las islas Lucayas a robarse a los indios libres: ¡porque en diez años ya no quedaba indio vivo de los tres millones, o más, que hubo en la Española!: él no los iba cazando con perros hambrientos, para matarlos a trabajo en las minas: él no les quemaba las manos y los pies cuando se sentaban porque no podían andar, o se les caía el pico porque ya no tenían fuerzas: él no los azotaba, hasta verlos desmayar, porque no sabían decirle a su amo donde había más oro: él no se gozaba con sus amigos, a la hora de comer, porque el indio de la mesa no pudo con la carga que traía de la mina, y le mandó cortar en castigo las orejas: él no se ponía el jubón de lujo, y aquella capa que llamaban ferreruelo, para ir muy galán a la plaza a las doce, a ver la quema que mandaba hacer la justicia del gobernador, la quema de los cinco indios.

Sus calzas de entray atacadas a rico jubón colorado, capa palmilla revuelta al brazo, e gorra aceituni con sendas plumas blancas e negras, bien demostraba que aquel gentil hombre presumía de caballero, bien que el no calzar borceguíes bermejos, tachonados con sendas espuelas, aina decía no haber alcanzado tanta honra.

Palabra del Dia

rigoleto

Otros Mirando