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Actualizado: 28 de junio de 2025
Tal vez por esto don Juan cambió de conversación. Di, Manuela, ¿y Juanito? En la tienda. Si tengo tiempo entraré a verle. Dile que venga mañana. Aunque sea un grandullón, no quiero privarme del gusto de darle el aguinaldo como cuando era un chicuelo. El viejo, al decir esto, ya no mostraba la sonrisa irónica y parecía hablar con sinceridad. También irán a verte las niñas y Rafael.
Ya no dijo más en todo el camino. Al fin, pareció amoscarse por la mirada irónica del doctor y los socarrones movimientos de cabeza con que acogía sus palabras. Reconocía en él un digno primo de Sánchez Morueta; pues el secretario, á pesar de su servilismo exterior, sentía cierta repugnancia por su principal, un hombre silencioso que, sin alardes de impiedad, vivía separado de la religión, pasando meses enteros sin oír una misa.
Pero, a pesar de aquellas muestras aisladas de aprobación e interés, la mayoría de la población miguelista me recibió en silencio y con ceñudos semblantes, y en gran número de casas se veía el retrato de mi muy amado hermano, irónica manera de dar la bienvenida al Rey. Me alegré de que éste no estuviera allí para presenciar el nada grato espectáculo.
El Círculo debía enorgullecerse de esta juventud que se ejercitaba en las armas durante la paz: todos estaban en el frente exponiendo su existencia... Y Desnoyers apartó su vista, como si temiese adivinar en los ojos de su amigo una expresión irónica é interrogante. ¿Por qué no marchaba él, como los otros, á defender la tierra en que vivía?...
Hace años que me siento sola, como si no existiese en el mundo otro ser que yo. Ricardo había olvidado su inquietud de momentos antes, para escucharla con un interés crédulo, aceptando todas sus palabras. Pero ¿y su marido?... Una lucecita irónica pareció temblar en los ojos de ella al oir esta pregunta inocente. Pero contuvo su burlona admiración, para contestar con tristeza: No hablemos de él.
Y Conchita se alejó con ruidoso taconeo, al mismo tiempo que Fernando, atraído por los ojos claros de Mrs. Power y su sonrisa entre amable e irónica, iba hacia ella, acodándose en la baranda para entablar el segundo galanteo del día.
Saludo á los hombres con varonil altivez y se inclinó ante la «señora marquesa», besándole una mano. Los ojos de ella brillaron con una sorpresa irónica. Todo lo de Pirovani la hacía sonreir. Pero acabó por agradecer esta transformación realizada en su honor, y acogió al contratista con grandes muestras de afecto, haciéndole sentar á su lado.
En los labios del viejo Sarto apareció irónica sonrisa. ¡Dios los proteja a los dos! le oí murmurar. ¡Animo, joven! y su mano estrechó disimuladamente la mía. Volví al andén seguido de cerca por Federico de Tarlein y el coronel Sarto, y lo primero que hice fue cerciorarme de que tenía el revólver a mano y de que mi espada salía fácilmente de la vaina.
La misma frescura, igual esbeltez, robusta y fuerte; idéntico fuego de arrogante vitalidad en sus ojos verdes. Parecía que al arder en incesante llama de pasión, en vez de consumirse se endurecía, haciéndose más fuerte. Su mirada abarcaba al diputado con una curiosidad irónica. ¡Pobre Rafael! siento no poder decirte lo mismo. ¡Cuán cambiado estás! Pareces un señor casi venerable.
Después de esto, Ojeda creyó tener a su lado otra mujer, como si se hubiese roto la coraza de hielo tras la cual se había mantenido hasta entonces, irónica y hostil, y de los fragmentos de la rota defensa acabase de surgir algo cálido y vibrante que iba hacia él con la humildad de la hembra que anhela ser vencida. Pasó por cerca de ellos la alemana con su niño de la mano.
Palabra del Dia
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