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Actualizado: 24 de julio de 2025
Una vez en lo alto, se apodera de la mano de Juan, y, sin decir nada, fija un instante su mirada franca y bondadosa sobre el rostro de su hermano, como si no pudiese dominar aún su felicidad, se dirige a la puerta y sale. Juan suspira y se despereza, con las dos manos apoyadas en el pecho. Le ahoga la alegría que invade su alma.
Sus ojos claros, melancólicos y un tanto extáticos por lo general, se habían alumbrado con un fuego intenso; su boca entreabierta delataba esa seductora molicie que invade todo el organismo delicado de la mujer en las horas fugaces de la fiesta.
A la España le toca por utilidad y gratitud aplicarse á estudiar y difundir los tesoros literarios de la Alemania, apartándose á todo escape de esa corrupcion y pobreza de la superficialidad francesa, que sin título alguno invade nuestros dominios literarios, extraviando la juventud, pervirtiendo el gusto, y cegando nuestra poderosa facundia original con manantiales de estéril trivialidad, de infecunda superchería.
Muda, con una mirada tímida y suplicante, Gertrudis deja hacer; y cuando él siente entre sus manos ese pie suave y fresco, lo asalta un vértigo, lo invade un deseo ardiente y loco; se agacha y posa sobre él su frente ardiente. ¿Qué haces? exclama ella. El se incorpora... Sus miradas se cruzan llenas de embriaguez, y, lanzando un grito furioso, caen en brazos uno del otro.
Era simplemente una nueva galantería de Umaña que quería mostrarnos la maravilla, primero, bajo su aspecto puramente artístico, idealmente bello, para más tarde llevarnos al punto donde ese sentimiento de suave armonía que despierta el cuadro incomparable, cediera el paso a la profunda impresión de terror y que invade el alma, la sacude, se fija allí y persiste por largo tiempo. ¡Oh!, ¡por largo tiempo!
Hace ya muchos días que lo observo, y hasta me ha parecido más de una vez que se excedía en la mesa. De eso es el sueño que lo invade después de comer, y yo lo he visto muchas veces, entre horas, tomando coñac en el antecomedor. ¿Es posible?... ¿A más del vino de la mesa?
Luciana me suplicó que nos fuésemos, alterada de nerviosa impaciencia por escaparse de aquella atmósfera de muerte. Es tarde, y su padre de usted estará inquieto dije a Elena, que se levantó en seguida. La última mirada a la difunta, unas cuantas palabras dulces a los niños, con promesa de volver a verlos, y hétenos en marcha por la creciente sombra que invade el camino.
Nada parece ser tan fugitivo, tan indeciso como el agua corriente vista entre juncos; es cosa de preguntarse cómo una mano humana puede atreverse á simular la fuente, con sus rasgos precisos, en el mármol ó la tela; pero pintor ó escultor, el artista no tiene más que mirar esta agua transparente, dejarse seducir por el sentimiento que le invade, para ver que aparece ante su vista la imagen graciosa y de redondeces abultadas y hermosas.
La primavera ha cubierto de verde follaje la desnuda vegetación invernal. Se oyen entre la enramada píos de amor. Todo es vitalidad, alegría, florescencia. La muchedumbre urbana invade el hipódromo, a presenciar la gran carrera del año. La tribuna popular forma una masa compacta, densa, apretada, inmóvil casi por falta de espacio para moverse, rebullendo sobre sí misma.
Entónces aquellos animales se enfurecen, brincan como cabras, corren como demonios y levantan una polvareda que hace perder de vista el horizonte é invade, á los viajeros en sus navetas martirizadoras.
Palabra del Dia
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