Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 24 de julio de 2025
La luz, que tamizaban esmaltadas vidrieras, llegaba lánguida, medido el paso por una inalterable igualdad, y se diluía, como copo de nieve que invade un nido tibio, en la calma de un ambiente celeste. Nunca reinó tan honda paz; ni en oceánica gruta, ni en soledad nemorosa.
No conoce a mi Enrique. Cuando lo conozca, le amará como yo le amo... ¿De qué proviene esta tristeza que invade mi alma?... ¡Ah, ese presentimiento! Y luego ese lúgubre castillo... Ese viejo estanque, cubierto de musgo verde... Lo aborrezco. Me da miedo, sobre todo hoy. Está lleno de ranas que saltan ruidosamente de la orilla al agua.
La emoción y la sorpresa son instantáneas, pues la situación y configuración del terreno donde la masa de agua se precipita, tiene una depresión particular que no permite al viajero apreciar detalle alguno, sino todo el conjunto. Una sola visual descorre el grandioso cuadro, y el estupor invade la materia, concentrando la admiración en el espíritu.
La hierba invade los orgullosos monumentos; las metrópolis se hunden poco a poco en la tierra y duermen siglos y siglos bajo colinas.
Una ligera inquietud invade el espíritu de mamá. Es necesario que la presentación cause buen efecto. Está en ello comprometido el buen gusto y el tino educador de mamá.
Me invade como la embriaguez de la fiebre, ofusca mis sentidos y me hace hervir la sangre en las venas: es el deseo de descansar, una vez tan siquiera, entre sus brazos para llorar en ellos a mis anchas, porque desde aquellas noches las lágrimas se han secado en mí. Me ha sido imposible llorar desde ese día en que encontré a Marta tendida en su lecho de dolor. Quince días después.
El señor subprefecto, embriagado de aromas, ebrio de música, pretende inútilmente resistir el nuevo encanto que le invade. Colócase de codos sobre la hierba, se desabrocha la hermosa casaca, y farfulla otras dos o tres veces: Señores y queridos administrados. Señores y queridos adminis... Señores y queridos...
La especulación, aunque engrandecida en dimensiones gigantescas, aunque avanzando como un conquistador que todo lo invade, y a quien no arredran los obstáculos, suele, sin embargo, detenerse delante de los templos del Señor, como la arena que arrebata el viento del desierto, se detiene al pie de las Pirámides.
Palabra del Dia
Otros Mirando