Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 7 de mayo de 2025
Se trata de una historia que tú conoces tan bien como yo; pero debo forzosamente empezar por recordártela para llegar a mi objeto. ¡A ver si vamos a representar ahora la escena de Augusto y Cinna! ¡Tendría gracia! ¿Te imaginas que conspiro? ¡Vaya! Ya me has interrumpido dos veces, a pesar de haberme empeñado tu palabra.
No había aguardado siquiera quince días para comenzar esta vida de perdío borracho, que no se había interrumpido desde entonces. Y no era lo peor que se gastase la mitad del jornal en beber vino, sino que cuando volvía borracho a casa la mataba a golpes. Y todavía no era lo peor que la matase a ella, sino que mataba también a sus hijos.
El vientecillo de la tarde mecía ligeramente las ramas del jardín, y al chocar las hojas unas contra otras, producían un murmullo cadencioso y apacible, interrumpido sólo por las agudas notas de alguna golondrina que tenía su nido entre las vigas del tejado.
Al fin encontró árbol con las condiciones que el caso requería y, encaramándose en él, ató la cuerda en una de las ramas más vigorosas. En estos preparativos reflexionó que, para no ser interrumpido y quedarse a medio morir y tener tal vez que empezar de nuevo la faena, lo mejor era esperar a que el camino estuviese desierto.
De vez en cuando el silencio era interrumpido por carcajadas estrepitosas; era que una aventura cómica alegraba al concurso, sacándole de su estupor malsano y corrosivo. Entre la admiración general serpeaba la envidia abrazada a la lujuria: las tenias del alma. Los ojos brillaban secos.
No bien concluído este párrafo, que á nuestro autor le pareció de perlas, fué interrumpido por un tremendo golpe que sintió en el hombro. Alzó los ojos y vió ¡cielos! á un importuno amigo que tenía la mala costumbre de insinuarse dando grandes espaldarazos y pellizcos.
En un extremo de la plazoleta se levanta la iglesia, pequeña, humilde, con su atrio, su campanario y su tejadillo de pizarra. Rodeándola, sobre una tapia baja, se extiende el cementerio. En Zaro hay siempre un silencio absoluto, casi únicamente interrumpido por la voz cascada del reloj de la iglesia, que da las horas de una manera melancólica, con un tañido de lloro.
Estaba recorriéndole con toda la melancolía de un ensueño interrumpido, cuando han venido a pedir noticias mías el padre Tomás, la de Ribert y Genoveva. Les he leído unos pasajes de mi precioso cuaderno, y el padre Tomás me aconseja que le continúe. ¿Qué voy a continuar? pregunté. ¿Se continúa lo que está acabado? ¿Cómo que está acabado?...
Su Excelencia, viendo interrumpido su ensueño melancólico por la inoportuna visita, cortó el relato del comandante con un gesto de mando y una palabra... una sola. No dijo más. Dió dos chupadas á un cigarrillo turco que chamuscaba lentamente la madera del piano, y sus manos volvieron á caer sobre el marfil, reanudando la improvisación vaga y tierna inspirada por el crepúsculo.
Pasaba gran parte del día fuera de su casa, lejos del silencio huraño de las mujeres, interrumpido muchas veces con lagrimeos, y cuando volvía era con escolta, amparándose en su apoderado y otros amigos. El talabartero fue también un gran auxiliar para Gallardo. Por primera vez miró éste a su cuñado como un hombre simpático, notable por su buen seso, y digno de mejor suerte.
Palabra del Dia
Otros Mirando