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Actualizado: 15 de mayo de 2025
El recién llegado se acercó al prisionero y le interrogó detenidamente. Después hizo señas a sus compañeros para que se levantaran en seguida, arrojando al fuego ramas resinosas que llevaban consigo. Cuando hubieron encendido una inmensa hoguera, se arrojaron sobre el prisionero y le ataron las manos a la espalda. Van a asarlo dijo Cornelio.
Y al decirlo, miraba al recién llegado al través de sus erizadas y salvajinas cejas, como el veterano al inexperto recluta, sintiendo allá en su interior profundo desdén hacia el curita barbilindo, con cara de niña, donde sólo era sacerdotal la severidad del rubio entrecejo y la compostura ascética de las facciones. ¿Y usted se llama Julián Álvarez? interrogó el marqués.
Que se nos viene Ignacio con un amigo y compañero... Pide que le preparen el cuarto de huéspedes, porque el amigo parará tres o cuatro días con nosotros, aprovechando la temporada de caza... ¡Pero esto no puede creerse!... Con franca impaciencia interrogó Laura: ¿Y con quién se nos viene Ignacio al fin?
No es la hora ni el sitio de decírmelas se apresuró a añadir la joven, molestada por la actitud apremiante de Huberto. Entonces, ¿tengo que esperar para conocer mi suerte? interrogó él tomando la mano de María Teresa entre las suyas. ¡Reconozca que es un poco duro! ¿Puedo, a lo menos, ir a visitarla en cuanto esté en París, en los últimos días de noviembre? Venga usted, mamá lo ha autorizado.
El viejo Chambol, amigo inseparable de Marenval, interrogó con una especie de inquietud al joven, cuya gravedad contrastaba tan fuertemente con la alegría de aquella comida. ¡Eh! señor de Tragomer, ¿qué le pasa á usted? ¿Es que ese charlatán de Maugirón le ha impresionado con sus paradojas? ¿Ó es que la declaración de nuestra gentil Lorenza le parece á V. un cataclismo social?
Salvador, precipitadamente, interrogó: ¿Quieres tú dinero? Ruborizada, torpe, confesó: Quisiera tener un poco para dárselo. ¿Pero tú no necesitas nada para ti? Para mí no. Yo veo que te hacen falta muchas cosas, Carmen. Ella repitió con desaliento: Ninguna cosa me hace falta....
¿Por qué quieres escaparte, vamos? interrogó él con dulce autoridad . Si te escapas siempre de mí; si parece que te doy miedo, no tiene nada de particular que yo me vaya también al paseo, o a donde se me ocurra. Ya lo sabes. Y acercándose más a ella, abrasándole el rostro con su anhelosa respiración : ¿Me voy al paseo? preguntó.
Se levantó, se puso apresuradamente un peinador blanco, y abriendo la puerta, escuchó en efecto quejidos que partían del cuarto de su padre. Corrió hacia él. Juan estaba inclinado sobre el lecho. ¿Qué hay? interrogó ansiosa, en voz baja. Al oír su voz el joven se estremeció y contestó sin volverse: Sufre... no lo encuentro bien... todavía no ha tenido un momento de descanso.
Doña Lupe la interrogó, y enterada la otra de que iban a ver a su hermana, hizo gustosamente de introductora, guiándolas por el sucio portal, la menos sucia y tortuosa escalera, hasta llegar al corredor. Ya se sabe que la vivienda de Severiana era una de las mejores de aquel falansterio, y que por su capacidad y arreglo bien podía pasar por lujosa en semejante vecindad.
Nuestro sol es una hormiga de ese hormiguero, una de esas estrellas. ¿El sol... es una estrella? interrogó asombrada la niña. Una estrella fija. Nosotros damos vueltas en torno de ella como locos. ¡Ay, qué gusto es saber todo esto!
Palabra del Dia
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