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Actualizado: 28 de septiembre de 2025
Puede hoy decirse con razón que el triste empleo de intendente de finanzas, en las viejas monarquías, se ha convertido en el primer cargo del gobierno en nuestras jóvenes sociedades.
Desapareció de Madrid, y al cabo de meses se susurró en la tertulia del café que estaba en la facción, y que D. Carlos le había nombrado algo como contador o intendente en su Cuartel Real.
¡Dios mío! ¿qué decís? balbuceó el intendente espantado por las palabras de Marta, pero retrocediendo ante la revelación que ella le quería arrancar . Os he prometido confiar ciertos secretos así que estemos casados. ¿Por qué no esperáis ese momento para interrogarme? Porque ese momento no llegará, si no obtengo de vuestra boca toda la verdad.
Pero, como viera que el intendente la mirara con desconfianza, prosiguió con acento más tranquilo: ¡Ah, Mathys, qué feliz me hace esta prueba de vuestra sinceridad! Ella me permite esperar que os hayan acusado injustamente. Se pretende que vos robasteis a esa niña y la trajisteis a casa del conde de Bruinsteen sin que él ni la condesa supieran nada de antemano.
La gratitud es un noble sentimiento murmuró el aya, la cual, previendo que Mathys trataría de justificarse, ponía toda su atención en discernir de sus palabras la verdad y la mentira. Margarita me engañaba, sin embargo prosiguió el intendente . Tenía un fin secreto, y quería poseer su fortuna después de su muerte. El mejor medio de conseguirlo, era el casamiento, según ella.
Qué ideas tenéis, Marta. ¡Está bien! Si no fuera más que por esas apariencias, señor, haría mal en estar inquieta; pero hay otro misterio que me espanta; a pesar de vuestro importante cargo de intendente, estáis al servicio de la condesa, es vuestra ama, tiene derecho a vuestra obediencia. ¿Cómo es, entonces, que cuando ello es necesario, se encuentra bajo vuestro dominio y tenga que someterse a vuestra voluntad, como decís vos mismo?
»Yo dirigiré su casa, organizaré sus saraos, haré el papel de intendente y les descargaré del peso de todos los cuidados materiales que la vida social lleva consigo. »Sólo habrán de pensar en ser felices y en quererse... Ya es bastante ocupación, después de todo.
Ahora que hemos conseguido el fin de nuestra vida, quiero demostraros mi agradecimiento con un legado considerable. El molino de agua de Lisck es una linda propiedad, ¿no es cierto? El molino de agua repitió el intendente . ¿Y qué hay con eso? Es una linda granja, con quince cuadras de tierra gorda. En efecto, señora; ¿qué es lo que queréis decir?
La sirvienta me ha hablado de una desgracia; pero confío en que no os ha sucedido nada, ¿verdad? El intendente echó llave a las dos puertas y deteniéndose con los brazos cruzados y los ojos echando llamas ante la condesa: ¡Sentaos, señora! ¡Sentaos, os lo ordeno! Habéis cometido una cobarde traición; quiero ser vuestro juez, vuestro juez inexorable. ¿Qué le habéis dicho a Marta?
Preferiría seguir en Orsdael dijo Marta que pensaba en su hija. Eso me agrada replicó el intendente ; tanto más cuanto no seréis más sirvienta ni aya, y no tendréis que servir a nadie. Y la señorita, ¿quién la cuidará? Ya se ha pensado en eso, Marta. Dentro de pocos días estará lejos del castillo, y tengo razones para creer que no volverá nunca a él.
Palabra del Dia
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