Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 24 de junio de 2025
La mordaza, pues, cayó ante tan filantrópicas razones. Pero no todo el mundo se interesaba tan tiernamente por el gitano; los unos aplaudían la decisión de la Junta, los otros se prometían un gran placer el día del suplicio, muchos, incluso dirigían furibundas imprecaciones al gitano que se contentaba con sonreír.
Si alguna envidia excitaba antaño la hermosura, garbo y labia irrestañable de la chica, ahora se volvió lástima, y las imprecaciones fueron contra el eterno enemigo, el hombre. ¡Estos malditos de Dios, recondenados, que sólo están para echar a perder a las muchachas buenas! ¡Estos señores, que se divierten en hacer daño! ¡Ay, si alguien se portase así con sus hermanas, con sus hijitas, quién los oiría y quién los vería echársele como perros! ¿Por qué no se establecía una ley para eso, caramba? ¡Si al que debe una peseta se la hacen pagar más que de prisa, me parece a mí que estas deudas aún son más importantes, demontre! ¡Sólo que ya se ve: la justicia la hay de dos maneras: una a rajatabla para los pobres, y otra de manga ancha, muy complaciente, para los ricos!
Los Schiitas, pues, son los sectarios de Ali, y ambas sectas se trataban con inaudito encono, los de Ali fulminando imprecaciones contra los usurpadores de la sagrada herencia, y los Sunnitas escribiendo en el libro de la tradicion: «es mas grata á Dios la muerte de un Schiita que la de 36 Cristianos.»
En cuanto a mí, con los ojos chispeantes, el pecho hinchado por los sollozos, les contaba la agonía de mi pobre hermana y mis horribles imprecaciones cuando vi que estaba muerta... muerta para siempre... entonces ellos, palmoteando, decían: «¡Qué expresión! ¡qué gesto! ¡Qué bien representaría el Otelo!» Sí, cuando yo les contaba mis combates por la independencia de España, que me habían proscrito; cuando mi exaltación africana llegaba hasta el delirio y yo gritaba jadeante: ¡libertad! ¡libertad!... ellos decían: «¡Qué hermoso está! ¡Qué bien representaría el Bruto!» Y después, cuando habían asistido a la tortura moral que me imponían exaltando mis recuerdos, se iban tranquilamente al baile, a sus ocupaciones, a otros placeres: porque para ellos todo estaba dicho: la comedia ya había sido representada.
Vuelve la cara sonriente; si solo sobre sus espaldas recibe los bastonazos continúa impertérrito su comercio, contentándose con gritar: No jugalo, ¿eh? ¡no jugalo!» pero si los recibe sobre el bilaw que contiene sus pastas, entonces, jura no volver, arroja por la boca todas las imprecaciones y maldiciones imaginables; los muchachos redoblan para hacerle rabiar más y cuando ven ya la fraseología agotada, y estan satisfechos de tanta jopia y pepita de sandía salada, entonces le pagan religiosamente y el chino se marcha contento, riendo, guiñando y recibe como caricias los ligeros bastonazos que los estudiantes le propinan á guisa de despedida.
Palabra del Dia
Otros Mirando